Bielorrusia: Gorbunov; Shitov, Martynovich, Filipenko, Bordachev; Kysliak (Dragun, m.78), Maevski, Nekhaychik, Volodko (Stasevich, m.80), Hleb (Putilo, m.89); y Kornilenko.
España: Iker Casillas, Juanfran, Piqué, Sergio Ramos, Jordi Alba, Busquets, Cesc (Isco, m.74), Cazorla, Silva (Bernat, m.85), Pedro (Vitolo, m.65) y Morata.
Goles: 0-1, m.45: Silva.
Árbitro: Robert Schörgenhofer (AUT). Amonestó a Volodko (7), Nekhaychik (21) por Bielorrusia; y a Morata (54), Pedro (59) y Silva (85) por España.
Un solitario tanto de David Silva, al borde del descanso, salvó el centenario feliz de Vicente del Bosque y dio el triunfo a una España irregular (0-1), sin continuidad en sus momentos de buen fútbol, ante una Bielorrusia combativa que inquietó en una segunda mitad de excesiva relajación.
España cumplió sin nota en un encuentro incómodo, una fecha en medio de la nada donde fallar estaba prohibido en el pulso con Eslovaquia por el primer puesto de grupo. Con Del Bosque tirando de la experiencia en tiempos de cambio, apostando por diez titulares que estuvieron presentes en el Mundial de Brasil más Álvaro Morata.
No concedió ninguna opción España a Bielorrusia en el primer acto. Solo su falta de puntería mantuvo la esperanza de un rival que renunció a planteamientos defensivos del pasado y saltó valiente, sin defensa de cinco. La actitud de la Roja fue indiscutible desde el pitido inicial, dominadora y tocando con velocidad, salió intensa por el gol y transcurrían 75 segundos cuando ya dispuso de su primera ocasión clara en botas de Pedro. La rápida salida de Gorbunov evitó el tanto.
A Pedro siempre se le dio bien Bielorrusia, autor de su único 'triplete' con España en Minsk, Del Bosque apostó por él, con un crédito ganado en la selección sin mirar su año sin continuidad en el Barcelona. Fue una vez más un quebradero de cabeza para un rival al que tiene tomada la medida. Sin Andrés Iniesta fue Santi Cazorla el que tomó el mando, jugando en una posición en la que ha brillado en el Arsenal, pegado a Sergio Busquets.
Cesc Fábregas tenía libertad para disfrutar y el fútbol de España en sus buenos momentos pasó por sus botas. Sus tiras y aflojas con Del Bosque quedan en punto muerto. Dos titularidades consecutivas y sentando en el banco a Koke. El estadio, pequeño pero moderno y coqueto, explotaba de pasión cuando los bielorrusos superaban el centro del campo. Obligados a apostar por el contraataque, con Hleb como jugador más activo pero sin inquietar a Iker Casillas hasta la reanudación.
El crecimiento de Morata llega con un desarrollo de su fútbol en buenos movimientos. Sin acierto ante el gol, la más clara la tuvo a pase de Cesc a los nueve minutos cuando disparó cruzado, de su movilidad se aprovechó la segunda línea. España era superior en todas las facetas y remataba todas las acciones a balón parado. Sergio Ramos impactó hasta tres testarazos, dos no encontraron puerta y uno lo detuvo centrado Gorbunov.
La dureza frenaba a Silva, que pedía penalti a los 26 minutos zancadilleado por Bordachev, y dejaba tocado de una rodilla a Jordi Alba, instalado en campo rival y lanzando continuos centros sin rematador. Pedro seguía con la velocidad del que empieza la temporada en vez del que la despide. Sus intentos no encontraban portería.
No llegó la desesperación. Jordi Alba enganchaba un centro de Cazorla y rozaba la escuadra, Cesc volvía a chutar centrado y Morata pedía otro penalti tras un regate. Llegaba el descanso cuando una falta de Cesc encontró el error en la salida del meta bielorruso, Silva pinchó el balón en el segundo palo y chutó con potencia para superar los jugadores que se amontonaban bajo el larguero. Era el gol buscado que en el segundo tiempo debía cambiar el panorama.
Bielorrusia se sentía inferior pero no le quedaba otra que adelantar metros para intentar crear peligro. Tuvo el empate a los 48 minutos pero apareció Iker para devolver en el terreno de juego la confianza ciega de Del Bosque. El pase a la espalda de los centrales de Hleb dejó a Kornilenko en el mano a mano. Casillas salió rápido y la sacó abajo con reflejos.
España no debía caer en la falta de intensidad ni pensar en las vacaciones. Faltaban ayudas defensivas en el repliegue. El físico no daba para más tras una temporada larga. El balón parado le daba otra clara a Bielorrusia que comenzaba a creérselo. El esférico quedaba muerto a Bordachev que disparaba mal con todo para empatar. Y Casillas volaba para despejar el disparo lejano de Malevski.
Le faltaba ritmo a España que parecía sin aire. Sólo Silva pedía el balón para frenar el ímpetu local. Pocos movimientos, apenas los de un incansable Morata que soltaba un disparo a manos de Gorbunov como único acercamiento en veinte minutos, antes de mostrar su falta de confianza en una acción en la que se quedó solo, con posibilidad de chutar de zurda y buscó un pase a la nada.
Del Bosque buscó pulmones al meter a Vitolo por Pedro. De una contra llevada por el sevillista nacieron dos ocasiones. Silva chutó y fue desviado su disparo a córner. Cazorla desde la frontal chutaba con potencia y se lucía el portero local con una buena mano tras su estirada.
Con la entrada de Isco Alarcón el balón volvió a ser español pero volvió a perdonar. Los cambios dieron resultado. Silva, el mejor del partido, se quedó sin el premio merecido del doblete cuando a pase de Vitolo no superó la salida de Gorbunov, que acabó evitando el segundo tanto con dos paradas finales. España consiguió su objetivo sin la continuidad deseada en su fútbol. Se jugará en Oviedo el liderato de grupo con Eslovaquia.
2 comentarios
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Cualquier tiempo pasado fue mejor...
De pena, penita, pena. Del Bosque dimisión.