Los pitiusos no tenían delante precisamente una perita en dulce. Los cacereños, aun siendo unos recién ascendidos, tienen una gran calidad, con jugadores como el conocido Saulo Costa, que defendió varios años la elástica del Club Voleibol Eivissa, y Max, máximo anotador de la Superliga. Pues ni con las bajas pudo el Electrocash toserle al conjunto de Toni Gino, cuya imagen nada tuvo que ver con la del partido anterior contra el Emevé, en el que careció de intensidad. Si ayer tuvo algo esta escuadra fue precisamente eso: intensidad, ganas y ambición.
En el primer set, los de Raúl Rocha se pusieron por delante pronto (0-2), pero el Ushuaïa se puso las pilas para marcharse al primer tiempo técnico por delante (8-7) y obligar a su rival a parar el partido tras un remate de un sensacional Borges que puso el 13-9 en el marcador. Eso no frenó el nivel de juego de los ibicencos, que llegaron a mandar de siete (21-14). Eso sí, se durmieron (22-20) y tuvieron que ponerse el mono de trabajo para cerrar la manga por 25-22.
La segunda manga
En el segundo juego, los locales siguieron llevando el peso del encuentro, atacando bien por ambos costados y recepcionando con calidad. Fruto de ello, los pupilos de Toni Gino se escaparon de cinco puntos (14-9). Un tiempo muerto del Electrocash provocó el despertar de los cacereños, que equilibraron el duelo (16-16 y 19-19). Con Elvis haciendo daño por el centro, tanto bloqueando como rematando, el Ushuaïa reaccionó (22-19) y se llevó el gato al agua tras un remate de Solanas (25-24) y un soberbio bloqueo de Cardenache, que dio la cara jugando casi todo el partido, sobre Saulo Costa (26-24) que fue celebrado por todo lo alto.
En el tercer set, después de que los locales mandaran en el primer tiempo técnico (8-7), el Electrocash se puso por segunda vez en todo el partido por delante con un remate de Saulo Costa que significó el 8-9. Los cacereños no mandaban en el marcador desde el 1-2 del primer set. Llegaron a irse de dos (8-10 y 9-11), pero la máquina amarilla se puso manos a la obra, sobre todo con la entrada de Christian López, para marcharse por delante al segundo parón (16-14), inyectarse una dosis de confianza al hacer el punto del partido –y posiblemente de la liga– en un remate de Elvis, después de varios intentos sin éxito a uno y otro lado de la pista, y finiquitar el duelo con un saque a la red visitante, salvando así un gran obstáculo.
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