La Vuelta pone las velas del 70 aniversario en cimas inéditas

La Costa del Sol lanzará la Vuelta el 22 de agosto con una cronometrada de 7,4 kilómetros que llegará hasta Marbella y volverá a Madrid tras un año de ausencia para coronar al vencedor de una edición que vuelve a hacer un guiño a los escaladores.

Y es que la Javier Guillén, director de la carrera, ha querido insistir en una fórmula que le ha dado buenos resultados en los últimos años: mucha montaña, abundantes finales en alto y trampas cerca de meta que impida la siesta de los aficionados.

En 2015 la caravana no llegará a Lagos, Angliru o Bola del Mundo, pero pone en el mapa hasta 12 llegadas inéditas propicias para los escaladores: Caminito del Rey (2ª etapa), Vejer de la Frontera (4ª), Cazorla (6ª), La Alpujarra (7ª), Cumbre del Sol (9ª), Cortals d'Encamp (11ª), Fuente del Chivo (14ª), Sotres (15ª) y Ermita del Alba (16ª).

Para los amigos de la contrarreloj las opciones se reducen a una cronometrada individual en Burgos, de 39 kilómetros, a cuatro días de la conclusión en Madrid.

Aparte de las nuevas montañas, que forman parte del concepto de «innovación» que busca la Vuelta año tras año, la carrera volverá a disfrutar la penúltima jornada de la tradicional etapa por lo puertos de Madrid, donde en algunas ediciones se ha decidido la carrera.

La primera semana será andaluza cien por cien, con movimiento desde el principio, ya que en la segunda etapa esperan las rampas de Caminito del Rey y las de Vejer de la Frontera en la cuarta. Tras una oportunidad para los esprinters en Alcalá de Guadaira la Sierra de Cazorla y La Alpujarra examinará por primera vez a los grandes favoritos.

Tras pasar por Murcia, la provincia de Alicante regresa a la Vuelta con la Cumbre del Sol, en Benitachell, un puerto «que puede resultar divertido», según Javier Guillén.

Desde Castellón, donde se podrán lucir los velocistas, una jornada de descansa trasladará al pelotón a Andorra, escenario de la etapa reina de la 70 edición. La undécima etapa se disputará por primera vez íntegramente en suelo del Principado, con 6 puertos y un desnivel de 5.230 metros de desnivel.

Será una jornada que bien podría firmar el Tour de Francia, con la Collada de Beixalís (1.795 metros), Coll d'Ordino (1.938), La Peguera (1.821), Collada de la Gallina (1.910), La Comella (1.347 ) y la meta en Cortals d'Encamp (2.083).

La ascensión final son 15,8 kilómetros a una pendiente media del 6,8 por ciento, pero la dificultad se centra en la parte final, del kilómetro 8 al 15.

Un día después la carrera regresa a Cataluña con un final en Lleida que debe resolverse al esprint o en una escapada, y tras cruzar Aragón por Tarazona la carrera llega al norte, donde un año más se encontrarán las primeras claves verdaderas.

La primera saldrá de Vitoria camino del Alto Campoo, un puerto de primera que culminará una travesía de 213 kilómetros, la más larga de la edición. La segunda termina en el inédito Sotres Cabrales, en Asturias, y la tercera en la misma comunidad en la cima de la Ermita de Alba, en Quirós.

Última recta de la Vuelta que comienza con la segunda jornada de descanso que se disfrutará en Burgos. En la propia ciudad del Cid se disputará la única contrarreloj individual, de 39 kilómetros, donde los escaladores tratarán de guardar la renta obtenida en la montaña.

Si quedan dudas podrán despejarse en las jornadas con final en Riaza (Segovia) y Ávila, con sendas etapas de media montaña, y sobre todo en la penúltima en Madrid con los tradicionales puertos.

Navacerrada, La Morcuera en dos ocasiones y Cotos ofrecen el último altavoz para los candidatos al podio de Madrid.

En total 3.374 kilómetros repartidos en 6 etapas llanas, 13 de media y alta montaña, una cronometrada individual y otra por equipos.

Ahora falta por conocer quienes serán los invitados a la fiesta del 70 cumpleaños de la Vuelta, y quien de ellos apagará las velas.