«En mi caso, en 2012 podía haber muerto en la curva 1 si su coche hubiera ido diez centímetros más abajo. Si es posible hacerlo, no deberíamos excluir esa posibilidad», dijo Alonso este jueves en rueda de prensa del Gran Premio de Japón.
Por ello, el asturiano cree que actualmente se cuenta «con la tecnología para hacer estas cosas». «Lo hemos visto en los aviones, que lo usan de forma exitosa. Los accidentes más graves en el mundo del motor en los últimos años han sido lesiones en la cabeza», agregó.
El ovetense recalcó que todos sus «pensamientos» están con Jules Bianchi. «Tenemos mucho respeto por nuestro trabajo, pero cuando hay un accidente tan grande es muy difícil describir cómo te sientes. Ahora estamos aquí con un fin de semana muy difícil por delante, sobre todo en el aspecto emocional. Estamos preparados para correr por él y ser tan profesionales como podamos. En mi cabeza solo estoy rezando por él», apuntó.
«Trataremos de trabajar de la mejor forma y competir por él porque queremos demostrarle que somos un equipo fuerte. Va a ser difícil emocionalmente», advirtió el bicampeón del mundo.
En lo que se refiere al presunto error por parte de la FIA en no parar la carrera con un 'Safety Car' en pista tras el accidente, Alonso cree que no son los encargados de valorar el incidente. «Hay una investigación en marcha y no tenemos todos los detalles, ni siquiera la información necesaria para sugerir un cambio. Debemos dejar a la gente trabajar y los pilotos compartiremos cualquier idea que tengamos», señaló.
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