Hamilton, de 29 años, logró su octavo triunfo del año, el trigésimo en Fórmula Uno, en una carrera en la que Mercedes volvió a mostrar un total dominio, firmando el octavo 'doblete' del año tras copar, asimismo por octava vez, la primera fila; dejando virtualmente sentenciado a su favor el Mundial de constructores.
En una carrera en la que el cuádruple campeón mundial alemán Sebastian Vettel, que el sábado anunció que abandonará a finales de año Red Bull -y que muchos sitúan en Ferrari si, finalmente, el español Fernando Alonso deja la 'Scuderia'-, fue tercero y que acabó seis vueltas antes de lo previsto tras el accidente de Bianchi, trasladado inconsciente a un hospital en ambulancia, dada la imposibilidad de hacerlo en helicóptero, a causa del mal tiempo.
Las primeras informaciones apuntan a que Bianchi pudo haberse estrellado -no hay imágenes del accidente- contra la grúa que retiraba de la pista el Sauber del alemán Adrian Sutil, accidentado poco antes, testigo visual del percance del francés y que describió la situación como «crítica».
La jornada ya había comenzado de forma caótica, tomándose la salida -con neumático de lluvia extrema- por detrás del coche de seguridad y con una bandera roja, a causa de la salida de pista del sueco Marcus Ericsson (Caterham), en la segunda vuelta, que provocó la interrupción de la carrera un giro más adelante.
Nada más reanudarse la prueba, de nuevo por detrás del 'safety car', se quedó parado el Ferrari del español Fernando Alonso, que, esta vez a causa de un problema eléctrico, abandonó por segunda vez en lo que va de año, después de haberlo hecho también en Monza (Italia).
Una vez reanudada la carrera, el inglés Jenson Button (McLaren), que había arrancado octavo y que acabaría quinto, fue el primero en cambiar a neumático intermedio, ascendiendo rápidamente hasta el tercer puesto que ocupaba todavía en la vigésima vuelta, en la que Rosberg lideraba por delante de Hamilton, con Vettel, que había remontado desde el noveno de parrilla, en cuarta posición.
Por delante de su compañero australiano Daniel Ricciardo -que acabó cuarto- y de los Williams del finlandés Valtteri Bottas y del brasileño Felipe Massa, que habían salido desde la segunda fila y rodaban sexto y séptimo, puestos en las que concluyeron en Suzuka, donde el comportamiento de los neumáticos era una incógnita, al ser la primera carrera del año en mojado.
Después de lanzarle el primer ataque serio a Rosberg, Hamilton se salió algo, justo después de la zona de activación del DRS, en la primera curva de la vuelta 27, que, al completarse, traspasado el ecuador de una carrera prevista inicialmente a 53, comandaba el alemán, con medio segundo de ventaja sobre Lewis y Button tercero, a 17; con Vettel y Ricciardo, a 25 y 26 segundos de la cabeza.
Hamilton no esperó mucho más y en la siguiente vuelta superó a su antagonista, por el exterior de la misma curva.
Rosberg paró en la 34 y cedió el segundo puesto a Ricciardo, que, cuando paró Hamilton dos vueltas mas adelante, tomó provisionalmente el liderato de la carrera.
El simpático piloto de Perth -único que ha discutido el abrumador dominio de los Mercedes este año, con victorias en Canadá, Hungría y Bélgica- paró en el siguiente giro y Hamilton recuperó la cabeza de la prueba, por delante de Rosberg, con Vettel tercero; y Button y Ricciardo intercambiándose el cuarto puesto, en ardua batalla.
El inglés enchufó la directa, fue marcando los mejores giros y ya no cedió el primer puesto hasta el final, logrando -con vuelta rápida (la 39)- su octavo triunfo del año, el trigésimo en F1.
A nueve vueltas para el inicialmente previsto final entró de nuevo el 'safety', tras el accidente del alemán Adrian Sutil. Y a siete se sacó de nuevo la bandera roja que dio por finalizado el Gran Premio, a causa del grave accidente de Bianchi.
Hamilton lidera ahora el Mundial con 266 puntos, diez más que Rosberg, a falta de cuatro carreras para el final de un campeonato que se reanuda el próximo fin de semana, cuando se dispute el primer Gran Premio de Rusia de la historia.
Pero no hubo celebración en Suzuka, donde se veían caras largas y rostros de preocupación por el estado de Bianchi, de 25 años, integrante del programa de pilotos jóvenes de Ferrari y que disputa su segunda temporada en Fórmula Uno con Marussia.
Alonso enviaba un mensaje de apoyo ("Forza Jules. Vamos, amigo") a través de una conocida red social. Y, al igual que la mayor parte de los integrantes del 'paddock', se trasladó rápidamente al hospital en el que ingresó el francés.
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