Rafa Nadal reacciona tras ganar un punto a David Ferrer en el choque de cuartos de final de Roland Garros. | STEPHANE MAHE
Por novena vez en las últimos diez años Rafael Nadal ha inscrito su nombre entre los semifinalistas de Roland Garros. La puja por la novena Copa de los Mosqueteros y la defensa de la cima de la ATP pasan ahora por derrotar mañana a Andy Murray, verdugo de Gael Monfils, y reclamar de nuevo el trono de la tierra en la final del domingo. El número uno del mundo cumplió en la reválida que suponía el duelo de cuartos de final ante David Ferrer y venció tras un mal inicio por 4-6, 6-4, 6-0 y 6-1 en dos horas y 34 minutos
La reedición de la final del año pasado era algo más que un duelo de cuartos de final para Rafael Nadal. Tras alcanzar con suficiencia la antepenúltima ronda, afrontaba el partido con la necesidad de sacar a relucir su mejor versión después de haberse medido a rivales que no le habían exigido el nivel al que obliga un pulso con Ferrer. Además, la batalla española en el Bosque de Bolonia también tenía algo de emboscada. El cielo gris, humedad, viento, incertidumbre sobre la posibilidad de disputar el partido, una Suzanne Lenglen con una superficie algo más rápida que la Philippe Chatrier... eran trampas para ambos y condicionantes en especial para el juego del mallorquín.
Tensión
A las 18:47 se desataron las hostilidades con el saque del manacorí acaparando la atención en los primeros compases. Había que escudriñar la relevancia de sus molestias en la espalda, pero la velocidad que insufló Nadal a su servicio disipó unas dudas que se trasladaron al revés. Ferrer tenía clara la lección de Montecarlo y volcó su juego sobre un golpe en el que Nadal acumuló cifras poco habituales de errores no forzados. El manacorí respondió a la ruptura del cuarto juego (3-3 y Nadal al resto), pero los puntos marca de la casa del vigente campeón eran para el Jávea, montado en una ola de confianza que le llevó a apuntarse la primera manga. El primer set subía al casillero de Ferrer, aunque la ruptura en el décimo juego que le valió el 4-6 tuvo dosis de demérito de Nadal.
Además, Nadal salió airoso de tres opciones de break de Ferrer en el sexto juego. Fue la clave del partido, porque fue entonces cuando el juego del alicantino se impregnó de incógnitas. Esos tres puntos debieron resonar en la cabeza del alicantino ante un Nadal, que, tras haber sabido sufrir, comenzaba a arrinconar a su rival con buenos movimientos y su derecha bien engrasada. El segundo set finiquitado con un revés cruzado suponía un respiro y un impulso decisivo para Nadal (6-4 en 45 minutos). Eran poco más de las 20.15 y todo hacía presagiar una suspensión por falta de luz. Nada más allá de la realidad.
Con el campeón enchufado y Ferrer desconectado, el tercer set fue un paseo militar del mallorquín, cuya solvencia al saque se vio multiplicada por los errores de un rival que lo tenía claro: «He perdido el Norte», clamó a su equipo cuando cedía por tercera vez su servicio y el 5-0 subía al marcador. El 6-0 en 26 minutos del tercer set denotó que Ferrer se había ido del partido y lo había hecho para no volver en el cuarto, donde solo logró contener la sangría con un break en el cuarto juego (1-3 y saque).
Habían sido diez juegos seguidos de Nadal, que ya no iba a levantar el pie del acelerador para evitar que la oscuridad obligara jugarse los cuartos en dos episodios. Una derecha demasiado cruzada de Ferrer cerró el partido (4-6, 6-4, 6-0 y 6-1 en dos horas y 34 minutos) que suponía la 33ª victoria seguida de Nadal, que cedió su primer set en un torneo en el que no cae desde los octavos de 2009 ante Soderling.
Murray
En la Philippe Chatrier, Andy Murray se impuso a Gael Monfils con la amenaza de la suspensión por falta de luz siempre presente. La épica del jugador francés tras verse dos sets abajo invitaba a un quinto set apasionante, pero la reacción a tiempo del escocés y el bajón de la última esperanza gala depararon un desenlace sin resistencia del jugador local. Murray alcanzó sus segundas semifinales en Roland Garros tras vencer 6-4, 6-1, 4-6, 1-6 y 6-0.
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