«He estado regular, sin grandes golpes pero también sin fallos», concedió el levantino, quien reconoció que le faltó «chispa» en los puntos ganadores y su derecha «a la hora de mandar».
Ferrer acusó durante el encuentro «la pesadez» de la bola, que le puso cuesta arriba algunos tramos del mismo y aseguró que prefiere el sol y la pista «algo más rápida».
Finalmente el español impuso su ránking, tiró de galones y acabó con la resistencia del transalpino, 150 del mundo, que disputaba su octava edición del Grand Slam de tierra batida.
Cuestionado por su selección favorita para ganar el próximo Mundial, el alicantino dijo que España, siempre y cuando «los jugadores lleguen bien físicamente».
«Aunque en un Mundial puede pasar de todo. Hay que contar también con Brasil, equipo local, Alemania, que tiene un gran conjunto y Argentina, que cuenta con el mejor jugador del mundo, Messi», matizó.
Ferrer, uno de los tres jugadores que este año ha logrado vencer al número uno del mundo, Rafa Nadal, sobre tierra batida, aseguró que todavía no piensa en lo que pueda suceder más adelante.
«Vengo haciendo una temporada en tierra batida, muy regular, pero lo único que quiero es seguir concentrado en el siguiente partido», indicó el español, que se mediría con su compatriota en unos hipotéticos cuartos de final.
Por el momento, Ferrer se disputará un puesto en octavos de final contra el italiano Andrea Seppi, cabeza de serie número 32.
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