Real Madrid: Diego López; Carvajal, Pepe, Nacho Fernández, Arbeloa; Khedira, Illarramendi (Modric, m.77); Di María, Isco (Jesé, m.84), Cristiano Ronaldo; y Benzema (Morata, m.80).
Getafe: Moyá; Arroyo (Rafa, m.70), Lisandro, Alexis, Escudero (Roberto Lago, m.46); Míchel, Mosquera; Pedro León, Lafita (Sarabia, m.45), Diego Castro y Miku.
Goles: 0-1, m.5: Lafita. 1-1, m.19: Pepe. 2-1, m.33: Cristiano Ronaldo, de penalti. 3-1, m.59: Isco. 4-1, m.90: Cristiano Ronaldo.
Árbitro: Fernández Borbalán (Comité Andaluz). Amonestó a Carvajal (42), por el Real Madrid; y a Alexis (31) y Pedro León (76), por el Getafe. Expulsó a Míchel por doble amarilla (32 y 86).
El Real Madrid remontó el derbi madrileño ante el Getafe, el día señalado para el debut de Gareth Bale en el estadio Santiago Bernabéu, que se vino abajo por un percance muscular en el calentamiento y dio paso a un recital físico de Ángel Di María con el broche puesto por Isco y Cristiano Ronaldo (4-1).
El día de Bale acabó siendo el del argentino Ángel Di María. La afición del Santiago Bernabéu estaba deseosa de ver las cualidades del fichaje estrella y todo se vino abajo a minutos del esperado momento. Una inoportuna lesión muscular hizo que el italiano Carlo Ancelotti cambiara sobre la marcha. Isco Alarcón ocupó el lugar del galés y el Real Madrid volvió a comenzar un partido aturdido.
La premisa marcada en la víspera por Ancelotti no se cumplió. Su equipo se está acostumbrado a inicios con un ritmo menor y los rivales lo aprovechan. El Getafe lo hizo tras ver como Lisandro salvaba bajo la línea de gol un tanto de Cristiano Ronaldo tras un balón en profundidad de Illarramendi al movimiento de Di María.
Hay futbolistas que tienen cogida la medida a estadios. El caso de Lafita es un claro ejemplo y no faltó a la cita en el Bernabéu. Sacando provecho de la pasividad de la defensa madridista, soltó un disparo lejano y se alió con la suerte cuando el esférico golpeó en Pepe para desviar su trayectoria y despistar a Diego López. Cuarto gol que le hace al Real Madrid, el equipo al que más ha marcado en su carrera.
Una vez más el conjunto de Ancelotti se vio obligado a reaccionar. En la búsqueda de un fútbol atractivo de momento apela a lo práctico. Illarramendi aportó más juego que Khedira en una tarde en la que a Isco le pilló a contrapié jugar y hasta la segunda parte no despertó, y en la que Benzema anduvo desaparecido. El balance ofensivo madridista se basaba en dos futbolistas que hacen todo a alta velocidad: Di María y Cristiano.
El caso del argentino es el premio a la lucha. Cuando sintió que la llegada de Bale le dejaba sin hueco y que su rol cambiaba actuó de forma diferente a Mesut Özil. Encaró el momento y trabajó más fuerte que nunca. Se ha ganado los minutos y los aprovecha con hambre de éxito. Es el espejo en el que debe mirarse Benzema.
La falta de intensidad defensiva la pudo aprovechar el venezolano Miku, que cedió a Pedro León y chutó mal con todo a favor para aumentar la brecha. Perdonó y el Real Madrid se levantó a balón parado. Una falta de Di María encontró pasividad en la zaga del Getafe, el remate de Cristiano, la parada de Moyá y Pepe, hoy capitán ante el descanso para Sergio Ramos, en la zona del nueve para empujar el balón a la red.
Empataba con poco esfuerzo el conjunto madridista al que le bastaron unos minutos de alto ritmo para remontar. Frágil el Getafe cuando Di María apareció en todas las jugadas. Hizo lucirse a Moyá con un zurdazo con rosca antes de un penalti por mano de Míchel, en la barrera al lanzamiento de falta de Cristiano. El portugués no falló con un disparo ajustado al poste derecho del meta getafense.
En los peores minutos del Getafe pudo sentenciar el Real Madrid. Pepe remató arriba un saque de esquina y Benzema comenzó su noche negra con todo a favor, tras una brillante jugada de Carvajal con auto pase y un centro que era media gol. La afición perdonó al francés que comenzaba a tener sensaciones extrañas en su cuerpo.
Se incrementaron en la segunda parte. De inicio Benzema se encontró con dos claras ocasiones que volvió a fallar. Por su cabeza pasó de todo y entra en una peligrosa dinámica que puede acabar con miedo a jugar en un estadio que exige a sus jugadores. Los silbidos comenzaron a llegar. Florentino Pérez había pedido apoyo. Karim sufría sobre el campo. Nada de lo que tocase ya iba a ser gol.
Su nerviosismo le condujo a fallar hasta en acciones del juego. El Getafe había rebajado el nivel de la primera parte. Mosquera intentaba tirar del equipo para adelante pero ya era imposible. Moyá era el protagonista con brillantes paradas. Dos buenas manos abajo a disparos de Cristiano antes de asistir a los minutos mágicos de Isco.
Cuando parece que está desaparecido Isco es capaz de cualquier cosa. Comenzó a pedir la pelota, cómodo inventando acciones de toque en corto, que acabaron pisando el área y disfrazándose de 'Kun' Agüero. Como si fuese un delantero le puso pausa al amago, aguantó con el balón cosido al pie y sacó un disparo de rosca imparable para Moyá.
La afición madridista acabó rendida de nuevo a Isco, ovacionó el estreno en el Bernabéu de Illarramendi y fue consciente del duro momento de Benzema. El francés tuvo dos cabezazos sencillos para marcar que mandó al limbo. De los silbidos se pasó a una cerrada ovación de ánimo, con sus compañeros dándole gestos de apoyo.
El partido estaba sentenciado pero había un jugador en el campo que siempre quiere más. Es Cristiano Ronaldo. Chutó al poste a diez minutos del final y en la última jugada sacó un taconazo al pase de Khedira para convertir el triunfo en goleada.
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