En un comunicado redactado por la madre de la extenista, Marisa Vicario, firmado también por su esposo Emilio Sánchez Benito y remitido hoy a Efe, los padres de Arantxa le piden perdón por si en algún momento no se ha sentido «apoyada o comprendida» y dejan en sus manos «la voluntad de perpetuar» esta situación de enfrentamiento familiar.
Los padres de la ex campeona olímpica han roto hoy su silencio que mantenían. «Para no perjudicar ni entorpecer cualquier posibilidad (por remota que ésta fuere) de recuperar la paz familiar, que es, y ha sido siempre, nuestro objetivo y más preciado deseo», dice la nota.
Entre otras disputas y diferencias, Arantxa Sánchez denunció a sus padres para que dejen de usar el piso que ella les cedió para vivir en la avenida Diagonal de Barcelona.
También se ha querellado contra su padre, su hermano Javier, el abogado de la familia y un asesor económico a los que acusa de haberse apropiado de 16 millones de la fortuna que amasó jugando a tenis y que tenía a nombre de diferentes empresas patrimoniales en cuentas bancarias en el extranjero.
Los padres recuerdan que han aceptado en dos ocasiones la solicitud de los abogados de Arantxa de suspender el juicio por la reclamación judicial para recuperar el piso y apartamento que disfrutan «desde hace más de 20 años».
Tras considerar que ha transcurrido mucho tiempo sin que se resuelva «satisfactoriamente esta lamentable y penosa situación», los padres de la extenista aseguran que no se sienten «merecedores del trato injusto y calumnioso» al que se han visto sometidos.
«Desde lo más profundo de nuestro corazón de padres, perdonamos a Arantxa por todos y cada uno de aquellos actos y omisiones que durante el curso de estos años ella (o su entorno) ha realizado y que nos han causado, inevitablemente, un inmenso e inmerecido dolor», escribe Marisa Vicario.
Aunque aseguran que han sido acusados de hechos que no han cometido, los padres de Arantxa le piden disculpas «por si en algún momento de su vida no se ha sentido apoyada, o comprendida, del modo que ella esperaba».
«Deseamos fervientemente que nuestra hija Arantxa recupere, a su vez, con su esposo e hijos la paz y tranquilidad que todo el mundo merece, para que sea plenamente feliz. Y ojalá llegue el día en que considere que sus hijos merecen tener además otros abuelos, tíos y primos. Nuestros brazos (los míos y los de Emilio) siempre estarán abiertos», escribe la madre de la extenista.
Los padres de Arantxa insinúan que el «entorno» de su hija ha optado por dar una opinión «subjetiva, unilateral y sesgada a los medios» frente a su opción de «cerrar con dignidad y discreción» la disputa familiar.
«No podemos hacer más por intentar solucionar el enfrentamiento familiar que, a nuestro modesto juicio, nunca debería haber existido. Dejamos en manos de la propia Arantxa la voluntad de perpetuarlo. Sólo a ella le corresponde esta decisión», añaden los progenitores de la tenista.
Marisa Vicario explica en el comunicado que quiere dedicarse «en cuerpo y alma» a cuidar a su esposo, enfermo de Alzheimer, y no quiere que esta situación vaya minando inexorablemente su moral.
«Necesito todas las fuerzas que tengo para hacer frente a las circunstancias que las enfermedades de mi marido conllevan, con la fortaleza y dignidad requeridas», implora Marisa Vicario, que agradece a sus otros hijos, nueras y yerno y sus nietos y amigos «el incondicional apoyo que, durante este doloroso trance» les han prestado.
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