El balcánico volvió a hacerle la misma jugada a Federer que en las semifinales que ambos protagonizaron el pasado año en este mismo escenario, en las que el suizo también desaprovechó dos puntos para ganar el partido.
Federer tuvo el partido en sus manos en dos ocasiones. Primero disfrutó de dos sets de ventaja y después de un 5-3 y 40-15 para cerrar el encuentro. Pero en frente se topó con un irreductible Djokovic, que sin desplegar el arrollador juego de la primera mitad temporada, está inmerso en una dinámica ganadora desbordante.
El suizo era el único jugador que había encontrado el antídoto para superar a ese vendaval tenístico que este año está siendo Djokovic, ya que junto a Andy Murray, que se favoreció de una retirada del serbio en la final del Masters de Cincinnati, había sido el único capaz de pararle los pies esta temporada, pero esta vez se le escapó vivo cuando tuvo todo a su favor.
El partido se presentaba apasionante entre dos adversarios que por quinto año consecutivo se veían las caras en la central de la Arthur Ashe y el duelo no defraudó. Hubo de todo.
El primer set fue igualadísimo, con los jugadores muy seguros con su servicio. No concedieron ni una sola bola de 'break' y ni siquiera hubo un solo iguales en ninguno de los doce juegos que se disputaron hasta alcanzar la muerte súbita. Las mejores sensaciones que ofrecía Federer se confirmaron el 'tie break'.
En la segunda manga, los juegos ya no se desarrollaron a la velocidad de vértigo del primero y aparecieron intensos peloteos, así como los 'breaks'. Las estadísticas de ambos jugadores ofrecían números muy similares pero era Federer el que daba la impresión de estar más enchufado en el partido. El expreso suizo se apuntó la segunda manga.
Parecía que el partido podía resolverse por la vía rápida pero apareció el carácter ganador de Nole. El serbio aprovechó el despiste del suizo en el arranque de la tercera manga y cobró una renta de 3-0 que resultaría definitiva para la suerte del set.
El tremendo esfuerzo realizado por Federer en las tres primeras mangas comenzó a pasarle factura. Al de Basilea comenzaron a fallarle las fuerzas y sus errores no forzados se dispararon. Sin la frescura de piernas del comienzo fue una fácil presa para un Djokovic que no desaprovechó la oportunidad para igualar el partido.
En la definitiva manga, Federer hizo acopio de fuerzas y se encomendó a su servicio para evitar en la medida de lo posible un mayor desgaste y mantener intactas sus opciones de ganar.
El jugador helvético se aferró a su saque y en el octavo juego apretó las tuercas a Djokovic. Se puso con 0-40 y aprovechó su primer punto de quiebre para ponerse con 5-3 y su servicio para cerrar el partido, mientras se venían abajo las gradas del Arthur Ashe, claramente decantada a favor del suizo.
El número 3 mundial dispuso de dos bolas de partido pero le tembló el pulso y perdió su saque. Sobre la cabeza de Federer comenzó a merodear la semifinal perdida del año pasado y sus peores temores se confirmaron. Apareció el Djokovic arrollador y se apuntó cuatro juegos consecutivos para alcanzar la final de forma sorprendente.
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