Rafael Nadal, número uno del mundo, impuso ayer su calidad ante el francés Paul-Henri Mathieu, al que tumbó en tres sets, por 6-4, 6-2 y 6-2, para convertirse en rival del sueco Robin Soderling en los cuartos de final de Wimbledon.
Nadal, que tardó 2 horas y un minuto en eliminar al francés, es el único representante español que queda «vivo» en el cuadro masculino de este Grand Slam, en el que Soderling eliminó previamente a David Ferrer en cinco mangas.
La última vez que Nadal y Soderling se enfrentaron fue en la final de Roland Garros, donde el zurdo de Manacor se proclamó vencedor.
Nada más finiquitar su pulso con Mathieu, el segundo favorito, que el pasado año no pudo disputar este «grande» y defender el trofeo que ganó en 2008 a Roger Federer por culpa de una lesión de rodilla, admitió su satisfacción por haber sellado su billete a cuartos.
Tras haber sufrido algo más frente a sus dos anteriores rivales, Nadal restó importancia al hecho de lograr un triunfo en tres sets: «Lo importante es la victoria y ha sido menos duro que en los días pasados, pero todos los encuentros tienen momentos complicados».
Nadal no sintió nada de dolor en el partido con Mathieu, algo que considera «buenas noticias». No obstante, el balear tiene en cuenta la dificultad que entrañará el sueco Robin Soderling: «Está jugando increíble. Es, quizás, uno de esos jugadores que están en su mejor forma y será muy difícil frenarle». «Tengo que sacar muy, muy bien para tener ocasiones de ganarle», dijo el balear, que empequeñeció a Mathieu, un jugador que erró muchísimo más que el manacorí.
Nadal, que ganó muchos más puntos desde la línea de fondo que el galo y que sumó 36 golpes ganadores frente a los 24 de Mathieu, combinó un buen resto con un saque más que aceptable, ya que apenas concedió opciones a su oponente durante el partido.
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