Los Angeles Lakers y Boston Celtics, la mayor rivalidad del baloncesto estadounidense, vivirán a partir de mañana, jueves, el duodécimo capítulo de su eterna lucha por el cetro de la NBA, en la que los de Massachusetts van por delante con nueve victorias en su haber.

Dos formas distintas de entender el juego para dos ciudades enfrentadas en lo deportivo desde hace décadas. El brillo de Hollywood contra las raíces europeas, y un solo objetivo en mente: la obsesión por la victoria.

El equipo de Phil Jackson (57-25 en la temporada regular), que parte con ventaja de campo en la eliminatoria al mejor de siete partidos, derrotó en la serie final de la Conferencia Oeste a los Phoenix Suns por 4-2, con un esplendoroso derroche de facultades de su líder, Kobe Bryant.

Su escudero de lujo, Pau Gasol, viene rindiendo a un gran nivel desde hace semanas, y junto a él destacan la aportación defensiva de Ron Artest y el empuje desde el banquillo que ofrece Lamar Odom.

Idéntico resultado se dio en la serie final de la Conferencia Este entre los Celtics y Orlando Magic, finalistas el año pasado. El equipo de Florida sucumbió ante la imponente defensa de los de Doc River, que arrancaron sendas victorias a domicilio en los dos primeros duelos de la eliminatoria.

El «Big Three» (Paul Pierce, Kevin Garnett y Ray Allen) demostró estar en un gran momento de forma, dirigidos a las mil maravillas por el base Rajon Rondo y con la solidez interior de Kendrick Perkins, Glen Davis y Rasheed Wallace.

Los angelinos previamente se deshicieron de Oklahoma City Thunder y Utah Jazz. Los célticos (50-32 en la fase regular), por su parte, desarbolaron a Miami Heat y Cleveland Cavaliers, entre los que se encontraba el mejor jugador de la fase regular, LeBron James.

Entre ambos conjuntos han ganado 32 anillos de campeón, pero Boston lleva la delantera con 17 títulos. La última vez que los dos equipos se cruzaron en la Final de la NBA fue en 2008, meses después del desembarco de Gasol en las filas angelinas.

Temporada

Aquella serie acabó con victoria de los Celtics por 4-2, con un último encuentro de infausto recuerdo para los californianos, tras perder por 39 puntos de diferencia. Sin embargo los californianos lograron reponerse la temporada pasada y vencieron en la Final a Orlando Magic.

Los protagonistas son conscientes del amplio historial de míticos enfrentamientos que han protagonizado estas franquicias a lo largo de los años.

Las ocho primeras veces que Los Angeles y Boston se cruzaron en la Final, la victoria fue para los Celtics. Eso ocurrió en 1959, 1962, 1963, 1965, 1966, 1968, 1969 y 1984. Después llegaron dos victorias seguidas para los Lakers (1985, 1987), hasta la Final de 2008, de color verde de nuevo.

Por esos conjuntos desfilaron estrellas como Larry Bird, Bob Cousy, John Havlicek, Dennis Johnson o Bill Russell por parte de Boston, y Kareem Abdul-Jabbar, Wilt Chamberlain, Jerry West, Elgin Baylor y Magic Johnson del lado angelino. Y técnicos como Red Auerbach o Pat Riley.

«Simplemente no quieres que te ganen», dijo el entrenador de Boston, Doc Rivers. «Y eso es lo importante del asunto. Cuando juegas contra los Lakers piensas más en que quieres ganarles y menos en querer ganar el anillo. Y eso es probablemente bueno», añadió.

El ánimo de revancha está en los jugadores de los Lakers, aunque como se ha hartado de recordar Bryant, lo importante al final es ganar, más allá de la venganza por la derrota de 2008.

«Es un reto y eso hace que saques lo mejor de ti mismo», dijo el martes en rueda de prensa Bryant. «He estado jugando bastante bien, haciendo lo que debía para ganar. Ahora todos pensamos en una cosa, que es el título», apuntó el jugador, que contra Phoenix ha promediado 33,7 puntos, 7,2 rebotes y 8,3 asistencias por encuentro.

Puede que Lakers y Celtics -un duelo de lo más «sexy», según Bryant- arrastren algunas molestias físicas, como es el caso de Andrew Bynum, a quien le extrajeron líquido de su rodilla izquierda y que jugará a pesar de tener desgarrado el menisco.

Rondo y Wallace sufren espasmos musculares en la espalda, mientras que Perkins está apercibido de sanción (se perdería un partido) si recibe una técnica más.

Pero nadie duda de que todo esto quedará en el olvido cuando el balón esté en el aire. Es la Final de la NBA y la Historia sólo espera a uno.