Imagen del presidente de honor del Comité Olímpico Internacional (COI), Juan Antonio Samaranch, durante su parlamento tras recibir la Medalla de Oro de Madrid. | Efe - B. ECHAVARRI
El presidente de honor del Comité Olímpico Internacional (COI), Juan Antonio Samaranch, falleció ayer en Barcelona a los 89 años, según informado el doctor Rafael Esteban Mur, director del servicio de medicina interna del Hospital Quirón, que le ha tratado durante su enfermedad. El fallecimiento se produjo sobre las 13.25 horas a causa de una parada cardiorrespiratoria, minutos después de hacerse público un parte médico en el que se señalaba que se encontraba en estado de «shock irreversible» y que su estado era «crítico».
Samaranch murió en la unidad de cuidados intensivos del Hospital Quirón de Barcelona, en la que ingresó el pasado domingo día 18 por una insuficiencia coronaria aguda, y en el momento del fatal desenlace se encontraba rodeado de sus seres queridos.
Las mismas fuentes señalaron que el fallecido estaba acompañado por sus dos hijos, María Teresa y Juan Antonio, sus hijos políticos, por todos sus nietos y por Lluïsa Sallent, la mujer con la que ha compartido los últimos años de su vida, tras enviudar de la que fuera su esposa, Maria Teresa Salisachs.
También relató el doctor Rafael Esteban Mur que Samaranch llegó al hospital, por su propio pie, el pasado domingo al acabar de ver por televisión el partido de tenis de Rafael Nadal, y que estaba muy contento por su triunfo. Además, añadió que a los 20 minutos de ingresar sufrió una parada cardiorespiratoria de la que se recuperó, y de la que se trató hasta el final. Tras este colapso, Juan Antonio Samaranch no volvió a recuperar el conocimiento y hasta el momento de su muerte estuvo sedado. La muerte le sobrevino por un fallo multiorgánico y una parada cardiorrespiratoria.
Apenas una hora antes de su muerte, Lluïsa Sallent, su actual pareja, había declarado a Efe que Samaranch se encontraba muy mal y que lo único que se podía hacer era estar a su lado en estos momentos.
Sallent abandonó el hospital poco después de anunciarse su fallecimiento, y una hora después llegó al hospital el ex presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, que dio el pésame con un emotivo abrazo a su hija, María Teresa Samaranch (Mo), visiblemente afectado.
Maragall, que entró por la puerta principal sin hacer declaraciones, abandonó el centro por el aparcamiento.
A las 16:30 horas el alcalde de Barcelona Jordi Hereu se desplazo hasta el hospital para dar el pésame a la familia.
También se pudo ver a la entrada del hospital a algunos amigos de la familia, que acompañaron a los hijos en este momento, como Leopoldo Rodés y Carmen Mateu de Suqué.
Docenas de periodistas de varios países hacían guardia desde que se conoció el estado de salud de Samaranch a las puertas del hospital, y ayer por la mañana más de un centenar de informadores esperaban para dar noticia de su evolución hasta que se produjo el fatal desenlace.
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Barcelona le debe mucho a Juan Antonio Samaranch, lo mismo que el olimpismo y el deporte en general. Sus dos talismanes: CONTAMOS CONTIGO y AMIGOS PARA SIEMPRE, su despedida. Fue en 1983 cuando Juan Antonio Samaranch, siendo embajador de España en Moscú, se puso en contacto discretamente con Narcís Serra, alcalde Barcelona, pidiéndole en secreto una entrevista en el Auntamiento, en sábado y sin testigos. Así lo acordaron y el señor Samaranch, que contaba con la órbita de la URSS para ser presidente del COI, como sucedió, le propuso a Narcís Serra que activara todos los mecanismos e infraestructuras para que Barcelona se convirtiera en sede de la Olimpiada. Aprovechando una visita del Rey Juan Carlos fue hecha pública la candidatura de Barcelona, que prosperó, como todos sabemos: BARCELONA 92. Convenía contarlo.