El partido fue igualado entre dos equipos que sabían que se jugaban mucho. Era uno de esos partidos que valen más que tres puntos. Eso sí, las primeras aproximaciones, aunque sin demasiado peligro fueron para los catalanes.
No pasaban demasiadas cosas en el terreno de juego y cuando parecía que el partido se marcharían sin goles al descanso, llegó el penalti. Rubén Enri fue derribado dentro del área y el árbitro señaló la infracción. Una oportunidad que no desaprovechó Chema Moreno para hacer el primero y mandar al Olot con ventaja al túnel de vestuarios. Tenía que reaccionar el cuadro de Raúl Casañ.
Al cuarto de hora de la reanudación, Edu Frías estuvo sensacional para evitar el segundo de los locales. El guardameta daba vida al cuadro ibicenco que cada vez arriesgaba más en busca del empate. Una igualada que llegó en el 72, cuando Diego Jiménez remató un servicio de Marquitos para hacer el 1-1.
Todavía quedaba tiempo para que pasase cualquier cosa y así se dibujaron un minutos hasta el pitido final de máxima tensión. Unos compases en los que pudo ganar cualquiera. En el 84, Ayala la tuvo en un disparo que se fue rozando el palo. Tres minutos más tarde fue Bengoetxea el que tuvo una gran ocasión, pero su disparo se estrelló en el palo. No hubo tiempo para mucho más.
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