El legado de Teo Blázquez

«El club está en un buen momento, aunque no vamos a negar que este año ha sido un reto sin Teo, que era el alma de todo esto», afirmó Juan Blázquez. El CJ Sant Jordi ha sabido recomponerse hasta el punto de que roza actualmente las 300 licencias, lo que supone un crecimiento considerable de alumnos. El presidente del club destacó el papel importante que han tenido «las familias del judo, ya mayores, que se preocuparon en saber cómo va el club», así como el Ayuntamiento de Sant Josep, que les «echa una mano, está pendiente y nos cuida».

Sobre el estado actual del club actual, Juan explicó: «Nos hemos apoyado mucho entre todos y seguimos creciendo, intentando modernizar algunos aspectos del club para adaptarnos a los tiempos, pero siempre respetando su visión y esas ganas de hacer las cosas bien, como a él le gustaba. Teo nos dejó una base muy sólida y eso nos ha permitido avanzar sin perder la esencia que él nos transmitió».

«Estamos sacando adelante nuevos proyectos, actualizando métodos de entrenamiento y mejorando las instalaciones, pero siempre con su energía y valores como guía. El club sigue siendo esa gran familia que él soñó y seguimos mirando al futuro con las mismas ganas con las que él empezó todo esto», continuó.

En cuanto a los cambios producidos, enumeró: «Sistemas de entrenamiento, grupo de alto rendimiento, sistema administrativo, un podcast y nuevas ideas en material visual». También hubo modificaciones en la directiva: «Siguen estando los de antes pero segunda línea ya que veían que más alumnos mayores querían subirse al carro para sumar en esta gran familia».

Sobre el legado que ha dejado y se mantiene, Juan destacó «la gran familia» existente y «los valores». La reorganización le ha sido más fácil precisamente «por ser una familia». «Me lo han hecho fácil todos alumnos, la antigua directiva, la nueva directiva y el profesorado», agregó.

En cuanto al nivel del judo en general de la isla actualmente, el delegado insular destacó que «este año lo consideramos de adaptación a todos los cambios, pero, como nos enseñó él, con la constancia y confianza más la familia, sólo sé que cada día vamos a ir mejor. A nivel de Ibiza hay muchas cosas que mejorar, pero en esta isla hay producto para ser mejores y entre todos los yudocas y clubes conseguiremos subir el listón».

El regreso de Canseco

Entre las modificaciones y avances realizados se encuentra la vuelta de Víctor Canseco, que ahora hace las funciones de entrenador tras una exitosa etapa deportiva que le llevó a ganar títulos nacionales y lograr un bronce en el Europeo sub-23. Canseco destacó que realmente «siempre» estuvo unido al lcub desde que empezó «con 5 años en el CP Sant Jordi». «Es cierto que después de dejar la competición estuve desvinculado durante unos años por motivos personales. Para mí fue muy duro tener que dejar la competición de elite siendo aún joven y fue una situación que me costó mucho digerir. Fueron unos años que estaba aún en Madrid y en 2018, cuando volví de nuevo a la isla y puesto que mi sobrina mayor empezó hacer judo en el club, empecé a volver a ir a ver los entrenamientos y así retomar mi relación con el judo de nuevo. Una tarde, Juan y yo nos reunimos y me propuso que cuando terminase de formarme como entrenador quería que formase parte del cuerpo técnico del club. Terminé de formarme y desde agosto soy el entrenador de las categorías infantil, cadete, júnior y absoluta. Sí que es cierto que tengo la espina clavada de no haber podido disfrutar de esta nueva etapa junto a Teo, que estoy convencido y así me consta de que le hacía especial ilusión al igual que a mí», explicó.

Víctor vive esta nueva etapa de enseñanza «con mucho compromiso, ilusión y motivación».    «Estamos trabajando con mucho cariño y mimo a fuego lento para ayudar a los alumnos a conseguir sus objetivos. Esto es una labor que no estoy realizando yo solo. Juan, como presidente del club, está haciendo una labor excepcional desde la oficina atendiendo a las familias para que no les falte de nada y ayudando al club a seguir creciendo en lo deportivo y extra deportivo. También tenemos a Sergio Sánchez, que se encarga de las categorías base del club y, por supuesto, a Antonio Ferruz, que, aparte de formación de los yudocas de la base en el club, está conmigo todos los días ayudándome y contribuyendo con el equipo de competidores. Estoy convencido de que Teo está muy contento y muy orgulloso de cómo se está gestionando y en la dirección que sigue el club», expuso.

Canseco afirmó que «el legado de Teo es eterno». «Si no hubiese sido por él, el Club de Judo Sant Jordi no sería el club que es a día de hoy. Desde cero creó un club de judo y ha hecho de él un referente a nivel deportivo en la isla y también en Baleares, y durante muchos años también lo hemos sido a nivel nacional. Pero lo más importante de todo y lo que la gente de fuera no ve es el mayor legado que ha dejado Teo y no es otro que el de una familia. Siempre hemos sido, somos y seremos una familia deportiva», argumentó.

«Ves cómo las primeras generaciones de alumnos del club ahora traen a sus hijos a que aprendan y disfruten de una disciplina marcial como es judo y es muy bonito. El respeto que desde el más pequeño hasta el más mayor, pasando por el más nuevo al más veterano, tienen a la figura y memoria de Teo es muy emocionante. Y hablo del tipo de respeto que es el valor que uno se gana con sus acciones. Por eso mismo Teo es eterno, porque formó una familia donde lo más importante siempre ha sido ser buenas personas y, después, buenos deportistas. Teo siempre será el padre de esta gran familia que somos gracias a él en el Club de Judo Sant Jordi», sentenció Canseco.