Marcos Páez es un pilar fundamental en el Club Bàsquet Sant Antoni, en el que lleva ya muchos años. Su pasión por el baloncesto la ha trasladado a una entidad que vive un gran momento, con un crecimiento constante pero sostenido en los últimos años. El sueño de subir a la segunda categoría nacional está muy vivo, pero si no se logra esta temporada Páez deja claro que se trabajará para intentarlo de nuevo. El dirigente fue premiado recientemente como mejor persona de Sant Antoni en la labor de promoción del deporte.
—¿Qué nota le pone al equipo en lo que va de temporada?
—Yo creo que la nota que le tendríamos que poner al equipo es un notable alto. Siempre pensando que es una plantilla que ha sido confeccionada prácticamente, en un 60 %, con jugadores nuevos, y parte del staff también nuevo. Con el tiempo ha ido cogiendo una identidad que nos deja pensar que lo que viene por delante invita al optimismo. Hemos creado una identidad de equipo aguerrido que defiende muy bien atrás, donde coge la energía. Como digo, a nivel deportivo, una nota de notable alto.
—¿Se están cumpliendo las expectativas?
—Las expectativas se están cumpliendo. Como ya hemos dicho en anteriores ocasiones esta temporada, se ha hecho un aumento cuantitativo en cuanto a la partida de fichajes, que es el más grande desde que está el proyecto en marcha. Desde ese momento, la idea era estar en la posición que estamos hoy [el Class Sant Antoni es segundo del grupo Este de la LEB Plata] y queremos certificarlo de aquí al final de la temporada.
—¿Se puede hablar abiertamente del ascenso a LEB Oro?
—Hay que hablar abiertamente ya del ascenso. Este proyecto está hecho para ascender. No sabemos si será en un año, dos, tres o cuatro. No sabemos cuánto vamos a tardar porque existe el factor suerte, que en el deporte está muy a la orden del día. Cuando se llega a playoffs finales, por detalles mínimos, la balanza se decanta de un lado o de otro. Sí que es verdad que nosotros estamos trabajando esa suerte. En un proyecto que, a día de hoy, su infraestructura y su día a día se asemejan más a un LEB Oro que a un LEB Plata. El proyecto está hecho para ascender.
—¿Si no se sube puede ser una decepción?
—Siempre, el primer golpe, el primer día que quedas eliminado, lo es. Pero somos un club que hemos demostrado que pese a los golpes tenemos ese primer día de luto, que digo yo, pero a las 48 horas estamos trabajando de manera súper optimista y con muchísima energía. Miramos hacia adentro, para ver qué errores hemos podido cometer, de cara a intentar subsanarlos para la siguiente temporada y salir con más fuerza que nunca. Veremos esta temporada.
—¿Qué opinión le merece el crecimiento estructural y social que está experimentando el club?
—Es algo muy meditado desde el primer día. La primera idea que teníamos era profesionalizar gradualmente el organigrama de club. Se ha conseguido. Realmente, a día de hoy, tenemos un organigrama más de LEB Oro que de LEB Plata. Y en cuanto al crecimiento social, lo mismo. Viene dado por algo que estaba estratégicamente preparado. Lo que hemos intentado es añadir a toda la gente posible, de todos los ámbitos de la isla, a que se suba a este tren tan chulo que es el proyecto del Club Bàsquet Sant Antoni. Creo que lo estamos consiguiendo. Está aumentando cada día la masa social. Y todo viene dado de la creencia del club de que tenemos que estar siempre pensando en nuestros aficionados. Generar acciones para ellos, para que se sientan a gusto y orgullosos del proyecto. Creo que se está consiguiendo.
—¿Qué le diría a la afición para lo que queda de la segunda vuelta?
—Que viene ahora el momento más bonito de la temporada, que es el estar intentando atacar el liderato y no descolgarnos de la parte de arriba. Además, en breve creo que se puede certificar matemáticamente el acceso a los playoffs, que es la parte más emocionante y que creo que al aficionado más le puede motivar para subir a Sa Pedrera, aún en mayor cantidad de lo que lo está haciendo. Seguimos aguantando unos números, en los últimos años, difíciles de ver en la isla en un deporte de sala.
—¿Algo que le quite el sueño con el CB Sant Antoni?
—Como en toda mi vida empresarial y como gestor del club, en el que llevo muchos años, el único miedo es no conseguir mantener los escalones avanzados hasta el momento. Cada año estamos subiendo un escalón, cada año se está consiguiendo dar una vuelta de tuerca al proyecto. Mi miedo es el no conseguir mantener esos escalones y poder, en breve, dar un salto más para que el proyecto sea más fiable. Que no seamos un caso más de club deportivo que llega a categorías profesionales para desinflarse y, en un momento dado, por malas gestiones o por no ser coherentes, correr hasta el peligro de desaparecer. En nuestro caso, siempre hemos tenido muy claro que vamos muy graduales, paso a paso, afianzando todo sin poner el peligro al club y, sobre todo, a todos los niños que pertenecen a la maravillosa cantera que tiene el Sant Antoni, con unos 150 jugadores y jugadoras de base.
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