Ikasa fue el que abrió el partido con un gol de Barroso en la primera jugada. David García hacía las tablas acto seguido. Los madrileños apostaban por ataques largos, masticando las jugadas para buscar la superioridad aunque no estaban teniendo demasiado éxito en sus acciones. A los ibicencos también les costaba encontrar opciones en estos primeros compases y el minuto 10 se superó con pocos goles en el marcador (3-2).
El partido era igualado y ninguno de los dos equipos se conseguía marchar en el marcador. Mandaban más las defensas que los ataques y el juego era poco fluido y sin muchos goles. Los visitantes mandaron un aviso cuando se escaparon de dos (6-8). Entonces la reacción local fue inmediata que le dieron la vuelta hasta el 10-8, obligando a pedir tiempo muerto a los visitantes. Al descanso se llegó con una diferencia de un solo tanto (11-10) que dejaba el partido completamente abierto para la segunda parte.
Los celestes salieron con otra energía tras el paso por vestuarios y en los primeros cinco minutos de este segundo acto lograron un parcial de 4-0 para poner el 15-10 en el marcador y lograr una ventaja que ya sería insalvable. La intensidad defensiva, sumada al acierto en ataque encarriló el encuentro.
Broto que había entrado al descanso había bajado la persiana y se hacía gigante ante los lanzamientos del Ikasa Boadilla, al que le costaba un mundo encontrar los resquicios hacia la red. En la otra portería también respondía Prado, pero al ecuador de la segunda parte se llegó con el 19-13 en el marcador y mucha tranquilidad en las gradas de es Pratet.
La ventaja era importante y el partido ya no peligró para los de Eugenio Tilves que sumaron dos nuevos puntos en su camino a la permanencia cuando la bocina sonó con el 27-20 en el luminoso.
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