Los de Manolo González salieron con mucha intensidad y las primeras llegadas fueron suyas. Los primeros 10 minutos eran un monólogo de un equipo que quería meter el miedo en el cuerpo al filial periquito.
Con el paso de los minutos, el Espanyol B se fue quitando esa presión y se fue haciendo con el control del balón. El primer susto llegó en el ecuador de la primera mitad con una mala salida de Edu Frías que estuvieron a punto de aprovechar los catalanes. Nabil golpeó como pudo el balón hacia la portería y éste se paseó por el área pequeña para alivio del público asistente.
El partido entró en una fase de intensidad en la que los dos equipos querían la pelota, pero les costaba imponerse. No había ocasiones y los minutos iban pasando. La mejor de los visitantes llegó en la última acción de la primera parte. En una falta lateral, Recasens se adelantó a la zaga ibicenca, pero su remate con el pie se marchó por encima de la portería de Frías.
Tras el tiempo de asueto, el partido comenzó con un guion similar. La intensidad era innegociable. El primer acercamiento fue para los visitantes en un saque de esquina que no encontró rematador. En el 53, en una falta lateral llegó el gol del partido. El balón voló al segundo palo, botó sin que nadie llegase a despejar y Lancho apareció para tocar el esférico, que tocó el palo antes de entrar en la portería. Acto seguido, Manolo González metió en el campo a Christian Albert en el lugar de Cristeto. Poco después, metía a Barrero por Estellés en un cambio muy ofensivo para buscar el empate.
La Peña inclinó el campo y las llegadas aunque sin acierto se empezaron a suceder. Le costaba mucho al Espanyol B mantener el balón. El empate pudo llegar en el 69 con un potente disparo de Barrero que se estrelló en el palo. En el rechace, Salinas no encontró la portería en la que fue su última acción del partido, ya que Marc Fraile entró en su lugar.
El filial periquito no pasaba del centro del campo, pero los de Santa Eulària no encontraban el camino en un ejercicio que se empezaba a convertir también en contrarreloj. Ya dentro de los últimos 10 minutos, un gran disparo de Samu Vázquez que buscaba la escuadra fue desviado por un defensor para desesperación local.
En el 87, Chema Moreno tuvo la más clara del partido. Roger puso el balón al segundo palo donde el ariete, con todo para marcar cabeceó, pero sin encontrar los tres palos. Por su parte, el Espanyol B perdía tiempo para intentar mantener un botín que quizás no merecían, pero sí defendían.
En el último minuto del tiempo reglamentario, Roger sacó un gran remate de cabeza al que respondió de mejor manera aún Lisardo para tocar y desviar el balón al poste. Eso en el campo y en la banda el cuarto árbitro mostraba siete minutos de añadido.
La Peña murió cargando el área con todo. Lo intentó una y otra vez, pero sin éxito. No hubo premio. Los ibicencos cedieron su segunda derrota de la temporada, la primera en casa, pero con la sensación de que jugando así serán pocos los puntos que se escapen de Santa Eulària.
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