El fútbol no sabe de justicia. Se suele decir que es el más bonito y especial de los deportes porque es el único en el que puedes ganar siendo peor que tu rival; o en este caso perder siendo mejor. El fútbol no fue justo este domingo con la Peña Deportiva en la Copa del Rey. Los de Santa Eulària fueron mejores que el Málaga, pero acabaron cayendo en los penaltis tras finalizar el encuentro y la prórroga con el 1-1 en el marcador. No hubo justicia, pero sí un afición que se marchó feliz por el buen hacer de su equipo ante un Segunda División.
La Peña sabía que le podía meter mano a un rival que llegaba en una grave crisis de resultados y salió sin complejos. Jugando de tú a tú como hace siempre. La primera gran ocasión del encuentro fue para Marc Fraile, que desde dentro del área soltó un latigazo que repelió Manolo Reina con muchos apuros.
Los pitiusos querían sorprender desde el primer minuto y le pusieron mucho ritmo al encuentro.
El Málaga no sabía por dónde le estaban viniendo y era los de Manolo González habían desatado un huracán. En el minuto cinco, ni Chema Moreno ni Ton Ripoll llegaron a un centro peligrosísimo de Fortes que se paseó por el área pequeña. Acto seguido era Ton Ripoll el que la tenía con una buena acción individual pero su disparo golpeó en la espalda de un defensa y se iba a saque de esquina.
El primer acercamiento de los visitantes llegó al cuarto de hora en una indecisión defensiva que casi aprovecha Cristian. Badal reaccionó para bloquear el disparo y el balón acabó en saque de esquina.
Esa ocasión fue un espejismo y no frenó el ímpetu inicial de los locales. Cinco minutos más tarde, Roger Colomina intentaba sorprender a Reina con un disparo lejano. El portero se resbaló y el balón acabó golpeando el palo. En el rechace, el guardameta se rehacía de manera felina para evitar el gol de Marc Fraile.
Los minutos iban cayendo y seguían siendo los de Santa Eulària los que mandaban. Dominaban en todo menos en el marcador el conjunto de Manolo González. Cómo se suele decir en el argot, se estaban comiendo al Málaga.
Y tanto lo buscó el equipo local que lo encontró. Pasada la media hora de juego. Chema Moreno aprovechó un balón en largo para encarar a Manolo Reina que le acabó derribando tras una salida en falso. El árbitro no dudó y señaló penalti. Cristeto tomó la responsabilidad para poner el 1-0 en el minuto 34.
Dos minutos más tarde tuvo el segundo Roger Colomina, espectacular durante el partido, el centrocampista se fue de todos en una jugada digna del mismísimo Messi. Se coló en el área y cuando lo tenía todo para marcar, su disparo, con demasiada potencia, se marchó por encima del larguero.
Castigo excesivo
La Peña seguía teniendo ocasiones y perdonando, algo que aprovechó el Málaga para empatar en el 43 en el primer remate entre los tres palos de los andaluces. Fran Sol remató completamente solo un centro medido de Cristian. Demasiadas facilidades para un jugador de ese nivel. El 1-1 era injusto por lo visto sobre el terreno de juego, pero los errores defensivos se pagan y eso fue lo que hizo la Peña.
Tras el paso por vestuarios, Pepe Mel ajustó piezas, hizo un triple cambio y el Málaga mejoró. Le costaba mucho más a la Peña progresar con el balón. Eso sí, los locales vieron como se les anulaba por fuera de juego un gol de Ton Ripoll.
Con el paso de los minutos, la Peña volvió a llevar el peso del encuentro y volvió a tener acercamientos de mucho peligro. En el 70, Roger reventó el balón contra el larguero en un sensacional disparo desde fuera del área. Se libraba, una vez más, el Málaga.
En la recta final de la segunda parte empezó a aparecer el cansancio en los locales y el Málaga dio un paso al frente. La tuvo el conjunto visitante en el 85 en una acción de Dani Lorenzo en la que Edu Frías estuvo sensacional para hacerse con un balón que buscaba la base del palo. En el descuento, oportunidad para Esteban Burgos en un saque de esquina, pero el remate se fue al lateral de la red y el partido al prórroga.
Los primeros 15 minutos del tiempo extra se esfumaron sin ocasiones de gol. Lo único reseñable fue una caída de Christian Albert en el área en la que se reclamó penalti de forma tímida. La Peña acusó los pocos cambios que pudo hacer –solo cuatro jugadores de campo en el banquillo– y los problemas musculares empezaron a aparecer. La segunda parte de la prórroga llevó el mismo guion y el encuentro se fue a la tanda de penaltis.
Una lotería que llegó a la muerta súbita llegando a lanzar ocho jugador por equipo. Los pateadores fueron engañando uno a uno a los porteros, hasta que Ton Ripoll mandó el esférico por encima de la portería. Lumor tenía toda la responsabilidad y no falló ante Edu Frías para acabar con el sueño copero de la Peña Deportiva. El fútbol no entiende de justicia.
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