«La idea es acompañar el fuerte crecimiento del club. Nuestra organización no ha prosperado tanto como nuestro éxito deportivo y esto es indispensable sea cual sea la categoría y el tamaño de la entidad. Es necesario que un club tenga una organización adaptada a sus necesidades y ambiciones. Estamos convencidos que una estructura en Sociedad Anónima Deportiva nos permitirá convencer más fácilmente a la afición y a los patrocinadores para unirse a nuestro proyecto», explicó el máximo mandatario de la entidad rojilla.
Una SAD es un tipo de sociedad anónima que surgió en el marco de la Ley 10/1990 del Deporte. Según indica la web Discusión Jurídica, «deben adoptarla, desde su promulgación, todos los clubes o sus equipos profesionales que participen en competiciones deportivas oficiales de carácter profesional y de ámbito estatal. Es decir, en el fútbol, todos aquellos clubes que compiten en Primera y Segunda División».
Esto permite acceder a más recursos económicos ya que posibilita la entrada de inversores. «El club pasa a tener como finalidad el negocio y los propietarios poseen acciones. El poder de las decisiones recae en el Consejo de Administración, designado por una asamblea de accionistas. Los cargos son remunerados y se abren las puertas a que inversores extranjeros o incluso nacionales quieran invertir grandes cantidades en el club», apunta el portal citado, que también destaca que «en el momento en el que se consuma la conversión en Sociedad Anónima Deportiva, el club únicamente puede estar enfocado en la práctica de un único deporte».
Una SAD también pone fin a la falta de transparencia en sueldos y traspasos y permite conocer el presupuesto de la entidad. Tiene mayor margen de crecimiento, mayor profesionalidad y, si se trabaja bien, se multiplican las posibilidades de que el club esté mejor posicionado.
«Entidades como la SD Eibar o el Deportivo Alavés se han consolidado en la elite del fútbol gracias en gran parte al desarrollo de unos modelos de negocio dignos de estudio. Gracias a su condición de sociedades anónimas deportivas, sus propietarios han sabido gestionarlos como una auténtica empresa, generando ingresos y creciendo a pasos agigantados, sin perder la esencia», señala Discusión Jurídica.
Como todo en la vida, en una SAD no todo son ventajas, sino que también puede tener sus inconvenientes. Existe la posibilidad de pérdida de sentimiento de pertenencia dado que todos los accionistas no tienen por qué ser personas que amen el club, sino que pueden haber individuos que sólo busquen su propio beneficio económico.
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