Javier Baraja apenas tocó el once de la jornada anterior. Entró David Goldar por Juan Ibiza, cambio obligado al estar sancionado este último, y regresó Suleiman al extremo izquierdo en lugar de Miki Villar. Por lo demás, ninguna novedad.
El partido comenzó de la peor manera posible. Primera llegada de los locales, primer gol. Una falta botada en largo la cabeceó Izquierdoz –le ganó la partida por alto a Ekain– al segundo palo, donde apareció Insua para rematar a placer libre de marca.
Pese a todo, la Udé no se descompuso lo más mínimo. Appin se marcó una gran acción individual a la contra y abrió a la derecha para Ekain, que chutó alto en buena posición. Los celestes comenzaron a dominar el partido y a tratar de hincarle el diente a su rival. Eso sí, los rojiblancos tampoco es que desaparecieran del mapa. De hecho, obligaron a Fuzato a salir raudo y veloz para evitar en una contra que Aitor le encarase en solitario tras un pase en profundidad de Cristo.
El encuentro estaba muy vivo. Incluso roto. Era un toma y daca en el que podía suceder cualquier cosa. Los unionistas protagonizaron otra oportunidad de peligro en el minuto 21 tras un error local, pero Insua, último zaguero, le ganó la partida a Ekain.
Los asturianos desaparecieron de repente en ataque, todo lo contrario que los visitantes. La UD Ibiza insistió sobre la meta rival. Herrera, de cabeza, y Goldar, en una segunda jugada, probaron fortuna sin suerte. Dicen que tanto va el cántaro a la fuente que, al final, se rompe. En el minuto 38, un pase lateral de Appin no lo desaprovechó Ekain con un remate de primeras al palo corto que llegó a tocar el portero, pero no lo suficiente como para evitar el gol. De esta forma, se llegó al descanso con tablas en el marcador.
La reanudación
La segunda parte comenzó también con mucha intensidad. Al igual que en el periodo anterior, el Sporting sólo necesitó cuatro minutos para crear peligro. Eso sí, esta vez no marcó. Aitor García ganó la línea de fondo y sirvió un pase de la muerte que no encontró rematador por poco.
Los locales salieron mejor de inicio y volvieron a disfrutar de una buena oportunidad a los nueve minutos. Suleiman perdió una pelota en la medular y dio pie a una conducción larguísima de un Cristo que, tras recortar a Escobar en el área, lanzó sorprendentemente fuera, cerca de la cruceta.
Del conjunto de Javier Baraja no había noticias en ataque. Le estaba costando mucho más hilvanar jugadas de peligro. Un remate de Herrera, que estaba en fuera de juego pese a no sancionarse, al borde del área en el minuto 55 fue su única aproximación en un mal inicio que acabó por empeorar al cuarto de hora con el 2-1. En una falta lateral, tras un rechace y un mal remate, Juan Otero metió la pierna antes que la zaga celeste para mandar el esférico a la escuadra.
El técnico unionista miró al banquillo y decidió retirar a Suleiman para dar entrada a Nolito, que sumaba así su segunda participación con la elástica de la UD Ibiza. Con el exjugador del Celta pretendía dar frescura y desborde por un costado izquierdo en el que Suli no rindió al nivel de las primeras jornadas.
Pese a todo, fue el cuadro de Abelardo el que rondó más el gol. Juan Otero, en una contra, lanzó raso a la posición del portero en el 67 y Aitor obligó a Fuzato a realizar una gran intervención en el 73. Los visitantes, entre medias, habían probado fortuna con un potente chut lejano de Herrera que fue directamente a las manos del portero.
No pintaban bien las cosas y la Udé metió un delantero más en el campo: Darío Poveda por Herrera. La idea ahora era colgar más balones al área con el fin de sacar tajada de la mayor capacidad rematadora de la que gozaba con dos delanteros en punta.
El último cuarto de hora pasó con más pena que gloria. La UD Ibiza tuvo la pelota más en su poder, pero no supo encontrar el área. Con todo, no tiró la toalla y en el descuento estuvo a punto de tener la oportunidad de empatar.
El árbitro señaló un penalti a su favor por un mano de Zarfino. Sorprendentemente, el VAR llamó al árbitro y acabó dando marcha atrás en su decisión para desesperación de los ibicencos. No queda claro si reculó por un posible juego peligroso en el remate de chilena de Goldar o por considedar que esa mano no era sancionable, pero eso le costó a la Udé la opción de puntuar y acabó hincando la rodilla con un enfado monumental. No era para menos.
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