La UD Ibiza celebra uno de sus goles en La Rosaleda. | Carlos Guerrero

La UD Ibiza sigue a tope. La 'era Jémez' no puede marchar mejor. El equipo celeste doblegó este sábado por la noche al Málaga por un contundente 0-5 y son ya tres las victorias seguidas que enlaza desde la llegada del técnico cordobés, que, además, ha imprimido un sello mucho más ofensivo a los ibicencos.

[Las mejores imágenes del partido entre la UD Ibiza y el Málaga (Fotos: Carlos Guerrero).]

El conjunto de Paco Jémez se adelantó en su primer disparo entre los tres palos. A los diez minutos de juego, Castel recogió un centro prolongado de cabeza por Bogusz para ejecutar un disparo que botó en el césped antes de superar al portero. Hubo suspense en el tanto, pues la pelota tocó en el travesaño antes de traspasar la línea y regresó luego al campo, por lo que generó ciertas dudas.

No podían comenzar mejor las cosas para los pitiusos. Con todo, los andaluces no arrojaron la toalla. Brandon, en una segunda jugada, trató de responder en el ecuador de este primer tiempo, pero chutó fuera. Poco después llegó un serio contratiempo para los unionistas, que vieron cómo el polaco Mateusz Bogusz se lesionaba y dejaba su sitio a Miki Villar.

El partido estaba bastante nivelado y las ocasiones de gol no abundaban. Los malaguistas insistieron pero con más corazón que cabeza, como por ejemplo en un lanzamiento exterior de Paulino que Álex detuvo con muchísima facilidad en el 25. Era el primer disparo entre los tres palos de los locales. La Udé seguía a lo suyo, dispuesta a no dejar huecos y que su rival no tuviera ninguna opción de empatar. Eso le costó hasta cuatro tarjetas amarillas en el primer tiempo.

La mejor oportunidad del cuadro malagueño se produjo en el minuto 27, en un cabezazo de Roberto que detuvo el meta visitante. De la misma forma, con otro remate de cabeza, replicó Castel, sin suerte. Finalmente, la primera mitad se saldó sin cambios en el marcador. Y eso que Escobar intentó poner tierra de por medio con una cabalgada en solitario en el último minuto que terminó con un zapatazo fuera.

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La segunda mitad se inició con una acción que casi supuso el empate. Kevin se marcó una bonita jugada individual por la izquierda, puso el centro al segundo palo y Roberto cabeceó al portero. Lo que el Málaga no podía imaginarse es que ahí había dilapidado sus opciones de puntuar. Tres goles de los de Paco Jémez en los diez minutos siguientes dejaron el encuentro más que visto para sentencia.

Primero, Diop robó un balón con una presión alta y el pase lateral de Castel lo dejó pasar Guerrero para que Herrera fusilara la portería en el minuto 49. Poco después, en el 52, Castel galopó por la izquierda y puso el balón en el interior del área para que Escobar, con la puntera, rematara raso al segundo palo. Segunda asistencia del ariete en este encuentro y primer gol del argentino en la Liga SmartBank.

Con todo decidido, la UD Ibiza no quitó el pie del acelerador y marcó el cuarto. Una falta ejecutada por Herrera tocó en la barrera y desubicó al guardameta, que, aún así, pudo hacer algo más para evitar el tanto.

El Málaga realizó un doble cambio para tratar de reaccionar, pero ya era imposible. También Jémez movió su banquillo. En el 61, retiró a Juan Ibiza, amonestado, para dar entrada a Rubén. También quitó a Herrera para apostar por un jugador más vertical como Davo. Diez minutos después, Nono y Javi Pérez entraron por Miki Villar y Guerrero, respectivamente.

Los andaluces tuvieron solamente una aproximación de peligro de ahí al final. Fue un mano a mano de Gassama contra Álex, que le ganó la partida. La Udé sí que aprovechó la que tuvo. Un córner lanzado por Manu Molina lo cabeceó Goldar al fondo de las mallas para subir la manita al electrónico en el 79. Algunos aficionados locales comenzaron entonces a abandonar el campo.

El choque ya no tuvo más chicha. La UD Ibiza de la ‘era Jémez’ enlazó su tercera victoria consecutiva en Liga, sigue mostrándose letal en ataque (13 goles a favor en tres partidos) y ya está a tres puntos del playoff. Esta Udé es otra. El ‘efecto Jémez’ sigue latente.