Por primera vez en toda la temporada, Juan Carlos Carcedo repitió alineación. El técnico celeste situó sobre el césped a los 11 hombres que ganaron al Fuenlabrada en la jornada anterior.
Sin embargo, la Udé no encontró la forma de dominar el partido como en el choque pasado. Desde el principio se topó con un cuadro madrileño dispuesto a presionarle arriba y a complicarle el trabajo. El cuadro unionista no se encontraba cómodo, pero lo cierto es que no vivió situaciones de peligro en el área de Germán, que se convirtió prácticamente en un espectador más.
De hecho, las escasas llegadas potencialmente peligrosas que se vivieron en esta primera mitad las protagonizaron los celestes. A los ocho minutos, Javi Lara lanzó un pase mágico en profundidad para Castel, quien, volcado en el costado izquierdo, sirvió una asistencia lateral al interior del área que no halló rematador.
Los amarillos solamente chutaron una vez a portería y ni siquiera fue entre los tres palos.
Al filo del cuarto de hora, Juanma le robó la cartera a Manu Molina en la medular, avanzó con el balón en los pies y lanzó un disparo raso cruzado desde fuera del área que se marchó desviado. Ahí terminó el bagaje ofensivo del cuadro local.
Tampoco es que los visitantes, que fueron haciéndose con la posesión con el paso del tiempo, hicieran mucho más, pero anduvieron más cerca de desnivelar la balanza que su contrincante. En la recta final, dos acciones a balón parado estuvieron a punto de finalizar en gol. Primero, Goldar cabeceó alto un saque de esquina y, después, Castel peinó demasiado la bola en una falta ejecutada con maestría por Lara.
Acierto celeste
El decorado no cambió apenas tras el descanso. Los dos equipos eran incapaces de hilvanar buenas acciones y el juego se desarrollaba en el centro del campo sin consecuencias. Todo cambió en el minuto 61. Manu Molina recuperó la pelota, se la dio a Bogusz y este buscó a Castel, quien, con un control orientado, se zafó de Gorosito y enfiló el camino hacia el portero para romper el cerocerismo. El madrileño acababa de paso con su sequía goleadora después de haber marcado su último tanto en la quinta jornada contra Las Palmas, el 11 de septiembre.
El gol dejó tocado al equipo de Jorge Romero y eso lo aprovechó el de Carcedo para tumbarlo sobre la lona. Rubén, con un cabezazo a la salida de un córner botado por Bogusz, puso tierra de por medio en el minuto 69, poco después de que Nono y Ekain sustituyeran a Javi Lara y Guerrero.
Era la octava vez que los madrileños encajaban dos o más goles en un mismo partido este curso y la sensación era que, si había otro, iba a ser de nuevo en su portería. Los locales bajaron los brazos ante un cuadro celeste que ya tenía los tres puntos en el bolsillo. Los minutos pasaron con más pena que gloria al estar ya todo decidido y la UD Ibiza enlazó así dos victorias seguidas por primera vez en lo que va de temporada, circunstancia que le permite distanciarse en cinco puntos de la zona de descenso y coger aire, pensando en el partido del jueves contra el Tenerife.
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