Raúl Muñoz Garrote (Andújar, 06-03-1991) ha roto su silencio. El jugador de voleibol, apartado por el club el mismo día que debía celebrarse el duelo de cuartos de final de la Copa del Rey, se confiesa en Periódico de Ibiza y Formentera después de ver cómo su nombre ha vuelto a salir a la luz en una entrevista concedida por Aitor Barreros a Ràdio Ibiza SER.
El exjugador de la UD Ibiza Ushuaïa Volley, que se encuentra en Marbella, se mantuvo siempre al margen porque el club expresó que su caso se trataría solamente «de forma interna». Este lunes, el ganador de un premio MVP hace dos temporadas rompió su silencio para expresar el daño que sufrió y sigue sufriendo desde que se dejó de contar con él.
—El día que se le aparta, se comenta mucho este asunto porque, además, se hace más sonoro al ser poco antes de un partido clave y en una competición en la que están los mejores equipos del país. ¿Por qué no se pronunció?
—Después de que se me notificase que se me apartaba de la competición, que es lo que manifestó el presidente, yo me sentía impotente y no comprendía la situación. Claro que podía haber dicho algo allí en una rueda de prensa porque yo estaba en el lugar de celebración de la Copa, pero no dije nada para que el club no quedara mal y el equipo se centrara en la Copa del Rey a pesar de que se me estaba perjudicando directamente. El presidente dijo que quería mantener de forma interna mi caso por cuidar la imagen del entrenador, la mía y la del club. Yo he respetado esa decisión y me he mantenido al margen hasta el día de hoy. En ningún momento me he manifestado pese a que todo el mundo ha dado su opinión. Después de mi marcha, yo me quedé al margen y en silencio. En eso yo he sido respetuoso.
—El ya extécnico celeste también dijo que la decisión se quiso tomar el mismo día del partido anterior contra el Boiro y no en la Copa.
—Después de mucha insistencia por mi parte, pudimos hacer una reunión para que yo pudiera entender qué pasaba. Me puse en contacto con el presidente porque el comportamiento y la actitud de Aitor no eran los mismos que antes. Soy yo quien decide hacer la reunión y en ningún momento se me había indicado que yo hubiera hecho algo malo. Nunca. Con esto no digo que yo no haya podido equivocarme en algo en el transcurso del tiempo, pero en ningún momento se me dijo nada para tener la posibilidad de enterarme y poder modificar algo o pedir disculpas si fuera oportuno. En esta reunión, expongo que, si hay un problema tan grande que no se pueda solucionar y mi implicación en el equipo va a ser un obstáculo en la Copa, me sacrifico. Le digo al presidente y al entrenador que, si hace falta, no viajo. Si es la mejor opción deportivamente para el club y para su economía, que no pasaba ni pasa por un buen momento, pues decido no ir. No soy consciente de si Mariano es el que decide que debo ir a la Copa del Rey, pero yo ofrecí esa posibilidad.
—Entiendo que el técnico le explicaría por qué se le aparta.
—Me explica unas situaciones en las que da a entender que, a veces, hay entrenamientos en los que los compañeros se enfadan conmigo porque termino dos o tres minutos antes, o que no me esfuerzo en los entrenamientos. Tendrá queja de que no he dado rendimiento en partidos cuando yo me parto la cara y se ha demostrado. En mi opinión, sus argumentos son insuficientes e irreales. Pese a todo, me habría gustado saberlos antes para comprenderlos. De hecho, en la reunión tras lo de Boiro, seguí entrenando al máximo, pero ya estaba la semillita.
—Aitor Barreros apuntó que la decisión de apartarle a usted no fue exclusivamente técnica como comunicó el club. Afirmó que se tomó conjuntamente con el club el mismo día de la Copa del Rey, en una reunión en la que estaba Mariano Esteban, este de manera telemática, la vicepresidenta y tres representantes de jugadores. ¿De quién considera usted que fue la decisión?
—En primer lugar, quiero aclarar que en esa reunión sólo había un representante de jugadores, que era el segundo capitán, y no tres. En segundo lugar, la decisión es tomada por el entrenador, que hace que viaje con el equipo, entrene y al día siguiente, horas antes del partido, me comunica que tengo una reunión con la directiva. En ella se me invita a abandonar la competición sin posibilidad de réplica. Mariano me dice por teléfono, con el altavoz puesto, que tengo que abandonar inmediatamente la competición. Cuando intento preguntar qué sucede, me corta y me dice: «No hay explicaciones ni nada. Te vas». Y ya me tenían el billete de vuelta preparado. Se utilizó la Copa del Rey para ocasionarme el mayor daño posible.
—Y tras la Copa, ¿qué ocurre? ¿Cómo afronta el resto del curso?
—Me echan de forma fulminante y discriminatoria. Se me anula directamente. Se me elimina de todos los grupos de WhatsApp y de todo lo relacionado con el primer equipo. Y lo hace quien tiene potestad para esto, que es el entrenador, sin haber yo estado en una reunión con el equipo y el entrenador, y sin haber hablado con el presidente. Toma esa decisión unilateralmente y él decide separarme del grupo totalmente. Se me niega la posibilidad de defenderme, de tener contacto con el equipo para dar mi versión de los hechos. El entrenador puede largar todo lo que quiera y yo no puedo estar para defenderme. Si el club estuviera de acuerdo con Aitor, me habría rescindido el contrato, echado por alguna medida disciplinaria o lo que sea. El club, sin embargo, me deja elegir si quiero quedarme o no; o si quiero entrenar con el segundo equipo, porque en el primer me veta el entrenador. Se me mantienen las mismas opciones: recibir comida, posibilidad de ir al gimnasio, entrenar con el segundo equipo... Se me mantiene el contrato en su totalidad y me dan la posibilidad de irme a casa manteniéndome las condiciones del contrato, pero decido seguir aquí porque estaba de prácticas en mis estudios.
—¿Cuáles son los problemas que Aitor Barreros ha manifestado que usted tenía con los jugadores?
—Respecto a los problemas que yo pudiera tener con algún compañero, no dejan de ser lo habituales por la convivencia y el día a día. Todo el mundo que vive del deporte en equipo sabe que con algunos te llevas bien, con otros mejor y con otros regular, pero yo siempre he tenido claro que soy un profesional y he de jugar con todo el mundo. Con unos tienes más relación y con otros, menos. Cada uno elige qué hacer y con quién estar en su tiempo libre, pero, profesionalmente, juego con todos mis compañeros y en la pista somos uno.
—¿Las decisiones técnicas, independientemente de su caso particular, las compartía?
—El entrenador nunca ha manifestado que las cosas vayan bien ni mal. Era como si no pasara nada. Si se perdía, no pasaba nada. Decía: «Venga, chicos, seguimos trabajando». No pasaba nada. Así, una semana tras otra. No se ponían medidas ni había toques de atención. No había comunicación. La comunicación era nula, pero nula. El presidente sólo tuvo una reprimenda con un jugador por un problema de entrenamiento. Ya está.
—Afirmó Aitor Barreros que «si Piero [Molducci] hubiera estado, no habrían pasado muchas cosas».
—Por supuesto que si hubiera estado Piero no habrían pasado muchas cosas. Es más, con Piero tuve varias conversaciones sobre los problemas que había y me mostró su apoyo en todo momento. Y no hablo más porque todos sabemos donde está Piero. Sólo deseo que descanse en paz.
—Es público que se adeuda dinero a los integrantes de la plantilla. De hecho, Barreros confesó que su «economía ha estado en juego». ¿Cómo le ha afectado a usted?
—Yo también he puesto mi economía a disposición en viajes para ayudar al club, cuando el propio club no tenía disponibilidad económica. La UD Ibiza Ushuaïa Volley no sólo tiene una deuda económica conmigo, también tiene una deuda personal. Conmigo mantiene deudas de hace dos temporadas y de la actual. Las cantidades me las voy a reservar.
—Aitor Barreros dijo que se ha sentido como un saco de boxeo.
—El primer damnificado he sido yo. Se ha ultrajado mi honor como persona y jugador. Hubo una clara discriminación porque no me dieron ni la opción de poder manifestar mi opinión. Se me vetó de forma unilateral por parte del entrenador. Justo después del vuelo de regreso a Ibiza por lo de la Copa, el presidente me cuenta que no estoy fuera del club, sino fuera de la Copa. Dice que eso le compete a él y voy a seguir en el equipo, pero que se tiene que solucionar el problema, el cual sigue in crescendo porque el entrenador, en vez de gestionar los problemas del equipo, los sigue fomentando. Le ofrecí en todo momento que, si me equivocaba en algo, me corrigiera y yo lo cambiaba. Yo soy un profesional y he actuado en todo momento como tal pese a sufrir ansiedad y problemas de sueño justo antes de la Copa por no entender qué pasaba. Me trató con muy malas maneras, que me las voy a reservar. Sigo sufriendo esto porque me parece una injusticia ver cómo se me ha anulado, silenciado y discriminado. El señor entrenador incluso hizo una reunión con el equipo y la directiva sin contar conmigo. Yo estaba excluido. No pude defenderme nunca.
—¿Ha vuelto a tener contacto con el presidente desde entonces? ¿Le ha transmitido algo?
—Es verdad que Mariano se preocupó, sobre todo, por mi estado anímico. Le preocupaba que no pudiera conciliar el sueño y que me encontrara en una situación bastante inestable tras lo sucedido. El trato que tuve con él en ese momento fue bueno. Después, tampoco es que haya tenido mucho contacto o relación con él. Él fue quien me dio varias opciones a elegir salvo la de estar en el primer equipo por orden, obviamente, del entrenador.
—Después de varios años en el club, entiendo que no le parecerá justa esta situación.
—Quiero dejar claro que yo nunca he tenido ningún problema con el club. No me han tenido que llamar la atención para nada ni deportiva ni personalmente. Eso quiero que quede bastante claro.
—¿Tiene la puerta abierta para volver a la UD Ibiza Ushuaïa Volley o ni siquiera pasa por su mente?
—Creo que no soy la persona conveniente para responder a esto puesto que no parte de mí hacer una oferta. La persona indicada sería Mariano Esteban como presidente. Por mi mente lo primero que pasa es que me siento muy decepcionado porque he dado mucho por el club. Lo he sentido como parte de mí y se me ha pagado de una manera injustificada. No me siento contento con el trato recibido en este aspecto, con un posicionamiento injusto y cruel.
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