Tras una temporada para olvidar, envuelta en problemas tanto deportivos –ayer se logró la tercera victoria en 13 partidos en este 2021– como extradeportivos –deudas con los integrantes de la plantilla y los proveedores, así como marcha de jugadores–, el conjunto ibicenco pudo respirar cuando un bloqueo de Monteagudo cerró el cuarto set y el encuentro.
Los dos primeros sets fueron coser y cantar para el conjunto dirigido por Aitor Barreros, que no acusó la presión de jugarse la permanencia en la última jornada. Quizás ayudó el hecho de que su adversario apenas opusiera resistencia. La motivación de unos y otros era muy diferente y eso quedó plasmado desde el inicio.
El hecho de que el técnico local no tuviera que pedir ningún tiempo muerto hasta la tercera manga habla por sí solo de lo que se vio en la pista. Por el contrario, el míster del cuadro azulgrana tuvo que parar el partido con 10-5 y el posterior 18-10. Al final, Hurtado cerró esta primera manga con un saque directo que supuso el 25-14.
Si plácido fue este primer set, no hay términos para calificar el segundo. El Barça firmó la mitad de puntos que en el primer juego y cedió por un sonrojante 25-7.
Cuando parecía que el partido se iba a cerrar por la vía rápida, el equipo catalán reaccionó. Firmó más puntos que en los dos primeros sets juntos para forzar una cuarta manga (21-25). En ella, los ibicencos espantaron pronto los fantasmas del pasado. El tiempo muerto solicitado por los visitantes con 9-5 en el electrónico no varió el guion lo más mínimo.
Los jugadores locales llegaron a disfrutar de una máxima ventaja de diez puntos (20-10) y sólo fue cuestión de tiempo cerrar el partido y sellar la permanencia en Superliga, categoría en la que la UD Ibiza Ushuaïa Volley se mantiene desde la campaña 2012-13.
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