—Temporada atípica la que se avecina.
—Sí, es un poco peculiar para todos. Es extraña, pero hay que acostumbrarse a los tiempos que corren ahora y adaptarse al nuevo fútbol que viene. Esperemos que no sea por mucho tiempo, pero toca adaptarse.
—La campaña pasada se hablaba mucho de ir partido a partido y se acabó diciendo, por fin, que se iba a por el ascenso. Desafortunadamente, en el playoff no salieron las cosas. ¿Qué se le viene a la cabeza cuando echa la vista atrás y recuerda ese partido?
—Pues la verdad es que es duro recordarlo. Son momentos que no esperas que salgan así de mal, pero el fútbol, al final, es así. Te preparas para un partido muy importante, no te salen las cosas como tenían que salir y te vas a casa. Así es el playoff. Toca levantarse y empezar una nueva temporada con ilusiones renovadas y con muchas ganas de hacer cosas muy buenas.
—Es una pena que se haya quedado ese sabor amargo en una campaña que fue histórica y en la que el duelo con el Barça quedará siempre en la memoria, ¿no?
—Sí. Creo que hubo momentos impresionantes tanto para el club como para la isla. Acabar así ensucia un poco el trabajo anterior, porque, al final, queda la imagen de ese partido, pero creo que la temporada fue impresionante en todos los sentidos y se recordará para siempre. Eso está claro.
—¿Qué puntuación le daría a la campaña anterior?
—Para mí, un nueve y medio. ¿Qué falta? El medio punto del playoff, que habría puesto el colofón perfecto a la temporada. Al final, salió como salió y no se le puede dar un diez, pero estuvo muy cerca de ser un diez.
—El proyecto de la UD Ibiza busca crecer año tras año. En esta ocasión, entiendo que hay que ir a por el salto de categoría sí o sí.
—Obviamente, este año tenemos que dar un paso adelante en la competición y hay que dar un paso adelante y pelear por todo. El Ibiza cada año quiere más, y estoy seguro de que tarde o temprano vamos a estar en lo más alto.
—Si queda claro lo de subir, de lo de entrar en la Liga Pro ni hablamos. ¿Es una meta obligatoria de cumplir?
—Sí. Obviamente, para nosotros, el principal paso es entrar en la Liga Pro. A partir de ahí, todo lo que se pueda conseguir es importante para todos, pero, sobre todo, lo principal es eso. Luego, podremos pensar mucho más allá, que es lo que todos queremos.
—¿No entrar en ella sería el peor de los escenarios?
—Para un club ambicioso como este no sería lo deseado, pero creo que, al final, con el equipo que se está formando y la base que hay ya, existe un proyecto muy bueno para, como mínimo, entrar en la Liga Pro y, a partir de ahí, pensar en cosas más grandes.
—¿Cómo ve a esta plantilla en comparación con la anterior? ¿Es mejor?
—No es momento todavía de comparar. La imagen de la del año pasado es muy buena, pero estoy seguro de que los fichajes que se están haciendo y la base que traemos de años anteriores harán que sean equipos muy similares y competitivos. Luego, los resultados dirán, pero, a priori, va a ser muy competitiva como cada año.
—Para la medular hay una cara nueva, Manu Molina. ¿Crece la competencia con él por un puesto en el once inicial?
—La competencia es sana para todos y, sobre todo, para el equipo. Que vengan jugadores buenos siempre es para mejorar y creo en el equipo se necesita ese plus de competitividad, que viene bien para luego elegir el mejor jugador para empezar los partidos. Es importante tener competencia en el equipo.
—¿Qué le parece el subgrupo en el que ha quedado encuadrado la UD Ibiza?
—Hay equipos bastante fuertes. Es verdad que nosotros, a priori, somos uno de los importantes, pero creo que es un subgrupo que tiene sus buenos equipos, otros que acaban de ascender y, al final, todos van a pelear por lo mismo, que es tener un objetivo ambicioso y estar en la Segunda B Pro. Creo que va a ser complicado como todos.
—Sobre el papel e indistintamente de lo que acabe ocurriendo, parece que es más asequible que el catalán, donde está el Barça B, el Cornellà o el Nástic, ¿no?
—Bueno, creo que cada grupo tiene su dificultad. Hay equipos fuertes aquí también como los filiales, que siempre están arriba, o el Hércules. Son equipos que, aparte de tener nombre, hacen proyectos ambiciosos. También tiene mucha dificultad este subgrupo a pesar de que no lo parezca tanto.
—¿Esto del fútbol sin público cómo lo lleva?
—Hombre, es complicado. Sólo hemos jugado un partido de playoff sin público, pero es complicado no tener a la afición ayudándote. Se hace un poco extraño, pero, al final, hay que aclimatarse a los tiempos que corren y no queda otra que estar sin nuestro público hasta que lo permita sanidad.
—¿Se echará en falta el empujoncito de la afición celeste?
—Sí, desde luego, tanto en casa como fuera cuando ha venido a apoyarnos. Siempre te da ese plus de poder llegar a más y más, pero habrá que buscar otras motivaciones que no sea la afición y pelear igual que cuando estaba ella. Obviamente, va a ser diferente, pero hay que buscar esa ambición.
—Lo que les quitan por un lado se lo dan por otro. No tendrán que sentir la presión del público rival fuera de casa. ¿Esto permitirá ver más sorpresas a domicilio este curso?
—Pues sí. Habrá equipos que lo sufran más y otros, menos, pero se igualan las fuerzas en todos los sitios al no existir ese factor campo. Creo que los partidos serán diferentes.
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El jugador más importante en el esquema del equipo, de esos jugadores que cuando juegan se nota y mucho, pero cuando no juega se nota muchisimo más su ausencia, a éste si hay que atarlo bien, nuestro jugador franquicia.