Fran Núñez celebra el gol que supuso la victoria, ante la desesperación del portero melillense. | Daniel Espinosa

El cuento que está protagonizando la Peña Deportiva esta temporada va camino de convertirse en toda una epopeya. Homero narró las leyendas griegas de Aquiles y Ulises. Por aquel entonces, se construyó el caballo más famoso de la historia, el de Troya. Y si me permiten el símil, la metáfora, eso es el equipo de Santa Eulària en este grupo I. Lo que podía parecer un regalo, un equipo sencillo, se ha convertido en todo un aspirante. Todos los veían como un candidato al descenso. Sorpresa. Dentro iban Pipo, Pepe Bernal, Fran Núñez y compañía. Había mucho guerrero dispuesto a plantar batalla. Y así están siendo las cosas. No es la primera vez que parece que el equipo se deshincha y cae un poco en la tabla clasificatoria. Cae, pero vuelve. Siempre vuelve. Jornada vigesimoquinta y en playoff tras tumbar al Melilla (2-1).

En las leyendas se alternan héroes y nombres propios, con otros menos sonoros, pero que son igual de importantes en el devenir de la historia. Así son también las cosas en el fútbol. El trabajo oscuro luce menos que el pase de Pipo para dejar solo a Fran Núñez, un envío que destrozó a la zaga del Melilla. Es lo que tiene tener un genio y que le llegue la inspiración.

En cuanto al once, al igual que siempre que viene de una derrota, Casañ movió al equipo. Recuperó la pareja de dos centrales naturales, moviendo a De Val al centro del campo. Esto provocó que el joven David se sentase en el banquillo después de siete partidos como titular. Higor, ya recuperado, regresó a la punta de ataque. También volvió a ser titular Pepe Bernal, lo hizo en la media punta.

El Melilla fue un duro rival. Demostró que es un equipo que tiene potencial para estar más arriba en la tabla clasificatoria. La Peña supo jugar. Hizo su partido y, siendo sinceros, cuando más sufría apareció la magia de Pipo.

Tres puntos más o tres puntos menos para alcanzar el objetivo. Probablemente un poco de las dos cosas, según se quiera mirar. Casañ pide tener los pies en el suelo, pero no hace falta volar para mirar al cielo.

Fin a la racha

«Eu non creo nas meigas, mais habelas, hainas». Eso dicen los gallegos. Cosa de meigas o de brujas parece lo que le está ocurriendo a la UD Ibiza en sus visitas a Galicia. Ni con ministage de preparación. Los celestes cayeron (1-0) contra el Racing de Ferrol y cierran sus encuentros ligueros en ese territorio sin conseguir marcar ni un solo gol. Dos empates y dos derrotas.

Alfaro, como es habitual, movió el once en A Malata. Apostó por Germán en la portería. Mariano entró en el centro de la zaja. Caballé regresó a la titularidad y en el centro del campo le dio la alternativa a Arranz en el lugar de Núñez.

En lo futbolístico, los primeros 45 minutos no fueron buenos, sin apenas ocasiones de gol. Sí mejoró el equipo cuando, con el marcador en contra, entró Cirio. No fue tanto una cuestión de juego, como sí de amor propio. El ‘10' tuvo varias ocasiones para empatar, pero sin suerte.

Esta semana tienen la oportunidad de pasar página ante el Sporting de Gijón B en el estadio de Can Misses.