Carolina Gámez, en acción durante la Mini Maratón de Sant Bartomeu. | Arguiñe Escandón

Hasta no hace mucho, no había carrera en la que Carolina Gámez no estuviera presente. Sin embargo, ya hace algunas semanas que esta situación ha cambiado. La del Club Atletisme Santa Eulària, habitual en los podios populares de la isla, ha decidido darse un respiro y tomarse con calma la competición.

El principal motivo de esta postura estriba en «la frustración» que siente al no poder centrarse más en lo que realmente le gusta: las carreras de 400 y 800 metros. Sin ser una atleta de cuna ni una deportista dedicada a dichas distancias, hace dos años y medio fue capaz de colgarse una medalla de bronce en el Campeonato de España de 400 metros lisos de la categoría F35. Las pruebas populares de kilómetros de distancia no son de su gusto, pero venía participando en todas hasta que ha llegado el momento de decir basta.

«Para una vez que he ido a un Campeonato de España sin haber sido una corredora de cuna, me salió bastante bien. Me quedó la curiosidad de saber qué pasaría si entrenara de verdad. No sé si me podría ir bien o si fue una casualidad total. No puedo terminar realmente de saber si se me daría bien o no y no termino de cerrar este círculo. Siempre me digo: ‘El año que viene tengo que probar». Al año siguiente, igual. Al final, nada. Es una frustración».

Lo que tiene claro es que «correr ‘diezmiles'» la acaba «agobiando». «No me gusta», sentenció. «Estoy corriendo en algo que no me termina de gustar. No me llena y me frustro. Se me hacen largas mentalmente. Hay que llevar un ritmo alto durante muchos kilómetros y es mi cabeza la que pone un tope. Todos tiran por las pruebas de esta distancia y me dejo arrastrar», explicó.

Esto, con todo, no es un adiós al atletismo popular ni muchísimo menos, pues la del CA Santa Eulària continuará participando en algunas citas: «Iré haciendo cosas. Las de montaña me gustan, por ejemplo, pero no iré a tantas».

Gámez mantiene viva la esperanza de poder hacer más pronto que tarde lo que realmente le gusta: «Ojalá pueda entrenar en serio en Santa Eulària, ver si puedo medirme con las demás bien entrenada y comprobar hasta dónde puedo llegar. Cruzo los dedos para no quedarme con esa espinita, que hace ya tiempo que no entreno bien ni constantemente. Creo que mi momento llegará. Sólo tengo que tener un poco más de paciencia. Sobre todo, ahora quiero desbloquearme y darme un respiro. A veces queremos ser perfectos en todo y llegar a todas las obligaciones, y eso es difícil».