—El año pasado, doblete en el Mundial y, ahora, doblete en el Europeo. ¿Esperaba estos resultados?
—Siempre vas con la idea de poder hacerlos. De un año para otro, las cosas pueden cambiar, más a nivel sénior. En principio, aquí, al no ser un Mundial, te quitas de delante a los argentinos y uruguayos, que tienen muy buen equipo, pero es verdad que cada vez hay mejores jugadores en Europa y la cosa se complica.
—¿En qué pensaba cuando se veía en lo más alto del podio?
—Que era otro reto que había conseguido. Defender a España y ganar un Europeo siempre es muy satisfactorio. A nivel de parejas, estoy especialmente contento por mi compañero. El Mundial lo había jugado yo con otro el año pasado. Este compañero era nuevo y no había jugado ningún Mundial ni Europeo. Él estaba un poquito nervioso y me alegré por él.
—¿Fue duro o más fácil de lo esperado?
—Yo creo que todo marchó dentro de lo previsto. La final contra los holandeses se complicó bastante. Perdíamos por 5-2 en el segundo set y ahí creo que pecaron un poco de inexperiencia. Nosotros, que ya hemos estado en situaciones así en otras ocasiones, le pudimos dar la vuelta y sacar el partido adelante. En cuanto a las parejas, el dúo que pensaba que llegaría a la final cayó en semifinales, que para mí fue una sorpresa. La final la empezamos perdiendo 3-1, pero nos dimos cuenta en seguida de que, con un cambio de táctica, le podíamos dar la vuelta y así fue.
—¿Le llegaron muchos mensajes de felicitación?
—Sí. En estos casos siempre se viven momentos de locura. Estábamos los de la selección cenando y celebrando el título, y todos andábamos con el móvil en la mano. Había que ir respondiendo en la medida de lo posible.
—¿De qué mensaje guarda mejor recuerdo?
—El que me hizo mucha ilusión fue el de Julio Alegría, que fue el primer presidente de la Federación Internacional. La verdad es que es una persona a la que tengo mucho aprecio.
—¿Cómo consigue mantenerse en la elite de su categoría?
—Cuidándome. Cuando realmente juegas o eres profesional, sí es verdad que un Mundial o un Europeo es un torneo diferente, pero estás dentro de una disciplina de equipo y haces lo mismo cada semana. No es un torneo más, pero acabas el Mundial y estás jugando otra vez la semana siguiente otra vez. A nivel sénior, si te vas manteniendo con los años, te lo tomas como un reconocimiento al hecho de haber seguido jugando y manteniéndote bien físicamente. Desde luego, lo valoras mucho más y lo disfrutas mucho más.
—Pese a su larga estancia en la isla, ahora mismo usted no tiene ficha en Ibiza. ¿Jugará con algún club de la isla?
—Estaba centrado en el Europeo y no quería que nada me distrajese. Ahora, estoy mirando opciones. A nivel nacional, juego para el Real Club de Polo de Barcelona. Me queda un año de contrato con él, pero ya estoy mirando opciones para jugar el Campeonato de Balears con algún equipo de Ibiza.
—¿Le queda algún sueño por cumplir?
—Sueños siempre quedan. Me gustaría repetir lo que he conseguido estos dos años. El próximo vuelve a haber Mundial y toca prepararlo. De todas formas, lo que realmente me encantaría es ver que el pádel llegase a ser olímpico en un futuro no muy lejano.
—¿Tiene torneos a la vista?
—No. Ahora toca disfrutar de la victoria. Llegan las fiestas y ya de cara al año que viene haré una planificación.
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