Para muchos de los participante, compartir pelotón con un ganador del Tour de Francia es algo bonito, pero Pereiro no le da importancia: «Lo bonito es rodar todos juntos. Para mí es un placer cada persona que se acerca y me pregunta algo. Es un orgullo, claro. Si a ellos, de alguna manera, les hace ilusión conocerme, es algo mutuo. Me siento un privilegiado por poder estar aquí».
Pereiro también quiso destacar el «gran trabajo» que hace la organización para dar visibilidad al ciclismo adaptado: «En unos tiempos donde luchamos por la inclusión es importantísimo que la organización tenga en cuenta al deporte adaptado y aquí tenemos un montón de corredores que lo único que nos están intentando enseñar que debemos tratarles de tú a tú. Hay que quitarse el sombrero porque son unos auténticos fenómenos».
En esa misma línea continuó: «Ellos no se sienten con discapacidad, simplemente ven un reto por delante y lo hacen. Toda la gente que conozco del deporte adaptado me impresiona día a día, la velocidad que alcanzan y los retos que superan para hacer lo que les gusta, que es montar en bicicleta».
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