Mourelo intenta dar un pase ante la oposición del capitán del Murense.

En Formentera quizás hablen del día de ayer como el día de San Moha. El atacante se erigió como protagonista para darle los tres puntos a su equipo con dos goles que pueden valer su peso en oro. El Formentera sufrió, pero consiguió sacar tres puntos ante el Murense (2-1) que le permiten recuperar su plaza de play off.
El Formentera salió a por el partido. En frente, el colista, un equipo que lleva semanas desahuciado, pero que no vino a las Pitiusas de vacaciones. Las primera llegadas fueron para los locales, pero los mallorquines golpearon primero. Al cuarto de hora, el árbitro señaló penalti y Picó no falló desde los once metros para hacer saltar las alarmas.
Los rojinegros tardaron en volver a coger el pulso al partido, pero poco a poco lo fueron haciendo y las ocasiones volvieron a llegar. Carlos Terol y Mourelo lo intentaron sin éxito. En una de estas aproximaciones, al filo del descanso, Moha consiguió devolver las tablas al marcador.
Tras el paso por vestuarios, el Formentera salió con mucha fuerza y en búsqueda de un gol que tranquilizase los ánimos. Pudo llegar en el 50, pero Kike Ferreres desaprovechó la pena máxima. El lateral izquierdo lanzó a la izquierda del portero y Miguel adivinó sus intenciones.
En el 62, apareció el gran protagonista del partido. Moha reventó el partido con un certero cabezazo al que nada pudo hacer el portero mallorquín. La remontada estaba culminada, aunque aún quedaba mucho partido por delante.
Con el marcador a favor de los locales, el partido entró en una fase de pocas ocasiones. El Murense acusó el golpe y no consiguió inquietar la portería de un Osorio que volvió a ser titular por la baja de un Pepelu que sigue sin estar en plenitud de condiciones.
En la recta final, el partido se volvió a abrir. Las ocasiones volvieron a ser rojinegras. Omar casi pone la sentencia tras recuperar una pelota en el área y, en el 90, Javi Boix remató dentro del área pequeña, pero un defensa consiguió bloquear el balón.
Llegó el pitido final para alivio de un Sant Francesc que se está acostumbrando a sufrir. A falta de dos jornadas, todo está por decidir. La lucha está muy abierta y se vienen dos partidos de infarto en el que el fallo podría ser mortal. El Formentera depende de sí mismo y el siguiente escalón será el Platges de Calvià.