—¿En qué se centra su visita a Ibiza?
—Sobre todo, vengo para conocer a todos los clubes, darme a conocer y hacer saber que estamos luchando por el fútbol sala. Quiero conocer las inquietudes existentes y ver qué podemos hacer para seguir creciendo.
—¿Cómo ve la situación actual del fútbol sala balear?
—Queda muchísimo trabajo por hacer. Hay muchas iniciativas. Me he rodeado de gente con ganas, con mucha pasión por el fútbol sala.
—¿Y la de Ibiza en particular?
—En principio, al ser yo de Menorca, sé que estamos más o menos igual. Tenemos que trabajar mucho juntos, hacer promoción y que se escuche que hay fútbol sala femenino que puede jugarse de forma federada y que los niños pueden jugar a fútbol sala. También hay que trabajar con la Tercera, pero, sobre todo, con la base y las féminas.
—Hablando de las categorías base y de las féminas, en Ibiza se está tomando la vía privada por ser más económica. ¿Qué se puede hacer para que se tome la vía federada?
—Tenemos muchas ideas. Marcelino –delegado insular– tiene un proyecto muy bueno. Hemos hecho cuentas y no vemos que, sobre todo el fútbol sala femenino, esté desfasado en precio. La diferencia está en la mutualidad. Para jugar federado hay que tenerla, pero en las ligas de empresas es opcional. Considero importante que todas estén ‘mutualizadas'. Hay mucha gente que no vive del fútbol sala y una lesión tiene que estar cubierta. De hecho, en Menorca nos ofrecieron jugar por la vía privada y dijimos que no porque, al hacer balance, no hay una gran diferencia. Vamos a trabajar para promocionar el fútbol sala y hablaremos con los árbitros y la mutualidad para que también apoyen las categorías base y la femenina.
—Ahora que sale el tema de los árbitros, aquí en Ibiza han vivido ya algún episodio desagradable. ¿Cómo ve lo que se mueve alrededor del arbitraje?
—Siempre he escuchado, desde antes de estar aquí, que los árbitros tienen la culpa de todo. Vamos a abrir los ojos y ver la realidad. De toda formas vamos a hacer cursos de reciclaje y buscar más árbitros, pero no considero que tengan siempre la culpa de todo.
—Hablando de cursos, hace tiempo que no se hacen de arbitraje en Ibiza y los de entrenador no tienen continuidad. ¿Se avanzará en esta parcela?
—Se está estudiando. Los árbitros están dispuestos a ofrecer cursos tanto en Ibiza como en Menorca. En Palma se hacen todos los años. Para septiembre, seguro que habrá un grupo. En cuanto al de entrenador, en Palma se hace todos los años. Se está trabajando en que se profesionalicen los clubes y que desde la base haya monitores titulados.
—Esto me trae a la mente el intrusismo que existe tanto en la base, con personas sin título y sin las nociones principales dirigiendo a niños, como en las categorías sénior, donde hay quienes le ponen el carné de entrenador a otros.
—Se está trabajando en ello. A lo mejor figuran 500 licencias pero en realidad hay gente que no quiere entrenar. Hay licencias, pero no todo el mundo está activo. Se está trabajando en eso bastante.
—Por último, ¿por qué decidió hacerse con el cargo y qué objetivo se ha fijado?
—Hace falta gente que le mueva la pasión por este deporte y yo estoy aquí por la pasión que tiene mi marido por él. Empecé a ayudarle porque le veía muy solo, que es lo que pasa en los sitios pequeños. Poco a poco, me fui involucrando. Lo de poner hoy en día a una mujer está bien visto, pero lo primero que dije es que no quiero ser una mujer florero, sino que quiero implicarme, trabajar y que se muevan cosas. No quiero que el fútbol sala se quede estancado y tenga límites. Dejemos de ser víctimas del fútbol-11. Esto es fútbol sala y vamos a luchar por el fútbol sala. Me tranquiliza el hecho de haberme rodeado de gente con mucha experiencia en esto y con gente joven con mucha ilusión y ganas de cambios, de que el fútbol sala se escuche no sólo a nivel de Ibiza, Menorca, Mallorca o Balears, sino a nivel nacional.
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