—Entramos en año preolímpico, un momento clave para, al menos, clasificar el grueso de las clases para Tokio 2020...
—Así es. Ya las hay con plaza, aunque falta por realizar la selección. Es el caso del RS:X Femenino, que será la primera con nombre y apellidos, pues se cerrará en el Trofeo Princesa Sofía y Blanca Manchón es la que tiene más opciones. Por ahora, RS:X y 470 masculino y femenino en ambas son las que tienen plaza asegurada para Tokio. Somos el séptimo país con más clases clasificadas por ahora y el tercero en medallero. Para este año, la meta es clasificar seis, especialmente el Nacra y el 49er. Pero también el Láser, masculino y femenino. Creo que la más complicada es el Finn, porque hay pocas plazas, y eso que Joan Cardona lo está haciendo muy bien.
—Me habla de Joan Cardona, pero quien ha dado un paso al frente ha sido Paula Barceló, formando un potente 49er FX con Támara Echegoyen. ¿Será la próxima mallorquina olímpica?
—Les está costando un poco, pero creo que como tripulante o patrona, Paula tiene unas grandes condiciones. Los resultados llegarán con el tiempo. Hay que ser pacientes. Sus condiciones físicas son excepcionales y es una gran trabajadora. Ahora, depende de ella y sus estudios (Medicina). Si continúa, le aseguro éxitos a este equipo, y por edad y proyección, a Paula.
—¿Siente la presión y la exigencia tras volver de vacío de Río?
—Hay una presión tremenda por el número de medallas olímpicas. Hay que poner en contexto lo que ha supuesto España para la vela en los Juegos. Puedes ganar Mundiales, Europeos y otras competiciones de nivel, pero los Juegos son otra historia. En cada prueba notamos la presión, se nos mide al detalle, pero lo asumimos.
—¿Ha recuperado la RFEV la estabilidad tras una época complicada a nivel institucional y económico?
—Hemos salido de un agujero negro. Ahora es verdad que tenemos más medios, pues la campaña anterior fue complicada, con una moción de censura de por medios y diferentes problemas internos que acaban repercutiendo en lo importante, que es lo deportivo. Ahora, la Federación Española trabaja en la línea correcta y eso hace que haya medios. No ha sido fácil remontar, pero los que llevan más años sí que han notado esa mejoría, aunque seguimos estando por debajo de otros países, aunque nuestro nivel deportivo nos permite medirnos con cualquiera.
—¿Vuelve a ser la vela balear un referente en el presente, y especialmente de cara al futuro?
—Por aquí compiten Iker Martínez, Silvia Mas, Paula Barceló, Sergi Escandell... Baleares es una referencia en la vela española. Con diferencia. La Federación Balear es la que mejor trabaja, juntamente con los clubes, y la muestra es la cantera. Son impresionantes los resultados que se están consiguiendo, con Maria Perelló y compañía empujando muy fuerte por detrás. Es donde mejor trabaja con la cantera y los resultados, tarde o temprano, tienen que salir.
—Insiste en el papel de los clubes como base de la pirámide...
—Son los clubes los que llevan el peso, con el apoyo de la Federación Balear de Vela. El Real Club Náutico de Palma o el Club Nàutic de s'Arenal son de los que más invierten, pero todos suman. Igual pasa en otras regiones, como en Canarias con Las Palmas. Sin ellos, sería muy difícil tener regatistas de élite.
—¿Qué condiciones les esperan en el campo de regatas en 2020?
—Lo hemos visitado y es un lugar con viento térmico. Por la similitud de condiciones, la base de entrenamientos ideal es Palma. Pero también Jávea o Denia, por temperatura, densidad del agua, del aire, la dirección de ola... En los Juegos entran muchos factores, como el público, prensa, convivir con otros deportistas. Hemos llegado a un acuerdo con una Marina allí para ir con antelación, como delegación conjunta, que es algo que hacemos ahora, y agilizar así la aclimatación.
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