SEVILLA AT: 0
La UD Ibiza sigue de dulce. El equipo de Andrés Palop encadenó ayer su cuarto triunfo consecutivo como local y el sexto seguido sin perder tras deshacerse por 2-0 de un Sevilla Atlético que continúa en la zona de descenso.
La superioridad de los celestes fue manifiesta desde el primer minuto. Eso sí, ese dominio se veía reflejado únicamente en cuanto a posesión, porque lo cierto es que Javi Díaz no pasó apuros entre los tres palos. De hecho, tuvo que ser un autogol de Berrocal el que desnivelara la balanza en el marcador mediado este primer periodo.
Cirio se prepara para centrar el balón. Foto: Daniel Espinosa
Javi García, titular en detrimento de Candelas en el lateral izquierdo, subió por la banda como una flecha, combinó con Cirio y centró el balón al área pequeña, donde el central sevillista cabeceó involuntariamente el esférico hacia su propia red. El jugador hispalense se echaba las manos a la cabeza. No era para menos.
Anteriormente, los de Andrés Palop había chutado en un par de ocasiones, ambas fuera. Cirio, a los ocho minutos, había lanzado a las nubes una volea tras un rechace a la salida de un córner y Javi Serra hizo lo propio con un disparo desde unos 25 metros.
Del cuadro de Luci Martín no había noticias en ataque hasta el último cuarto de hora. A raíz del gol, la Udé se relajó más de la cuenta y daba la sensación de que se conformaba con el resultado. Fruto de ello, el filial se creció. Curro, con un disparo desde el vértice del área, fue el primero en probar a Lucas, que atajó el balón con seguridad en el primer palo. El verdadero susto se produjo en el minuto 38, cuando Casas falló lo infallable. El ariete recibió la pelota en bandeja dentro del área pequeña tras un pase de la muerte de Cirio y, sorprendentemente para todos, remató fuera. Increíble, pero cierto.
La réplica la dio Chavero tras un buen pase de Cirio, que se estaba mostrando muy bien al desmarque, pero el ex del Cartagena lanzó un disparo raso centrado que atrapó el portero en dos tiempos. No fue más que un espejismo, porque en esta recta final mandó el Sevilla Atlético. Casas tuvo otra ocasión con un zapatazo a bote pronto que se marchó lamiendo el palo y Chris Ramos, ya en el descuento, se marchó de Grima por la banda derecha, entró en el área y, afortunadamente para los locales, centró mal cuando se mascaba el peligro en Can Misses.
Tras el descanso, el partido decayó en vistosidad por completo. Las oportunidades de gol brillaron por su ausencia y los minutos pasaron con más pena que gloria. La mala noticia se produjo en forma de lesión a los seis minutos, cuando Verdú tuvo que abandonar el terreno de juego. Riverola entró al campo para ocupar la posición de mediocentro al tiempo que Núñez retrasaba su posición al eje de la zaga.
Luci Martín, entrenador del Sevilla Atlético, decidió meter más mordiente en ataque. Miguel Martín entró por Pejiño y prácticamente jugó con cuatro delanteros hasta el final. No le funcionó apenas. De hecho, las escasas aproximaciones de peligro que hubo fueron para los locales.
Una volea de Rodado que sacó un defensor (66'), un disparo de Javi García que buscaba la escuadra (71') y un balón que no supo controlar Rodado tras el rechace de un zaguero (72') fueron el preámbulo del definitivo 2-0, que se produjo en el 78. Javi Serra metió el balón raso en el área desde el costado izquierdo, Rodado dejó pasar la pelota entre sus piernas y Javi Serra apareció por el punto de penalti para fusilar la portería sevillista. Golazo y tres puntos más al zurrón de una UD Ibiza que recorta distancias con la zona de play off y alimenta el sueño de acabar disputando la fase de ascenso.
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