Los celestes se sonrojan

UD IBIZA: 0

El CD Ibiza va en serio. Sólo hace falta echar un vistazo al 3-0 que le endosó ayer a la UD Ibiza en el primer derbi entre estos dos equipos de Vila. Es cierto que no es más que pretemporada y que tanto uno como otro equipo aún están por hacerse, pero lo cierto es que los rojos han golpeado primero en un duelo con una tensión impropia de un encuentro preparatorio.

El marcador es el que es, pero también hay que señalar que es algo engañoso. La goleada no se forjó a través de una superioridad abrumadora. De hecho, hubo una mitad para cada conjunto. Sin embargo, dos errores garrafales del portero Alejandro Román en los últimos cinco minutos del choque acabaron por sonrojar a los celestes.

La dureza predominó en los primeros minutos y eso desembocó en una tempranera tángana que se saldó sin mayores consecuencias. Con los ánimos más calmados, los de Toni Méndez llevaron la manija del choque y dispusieron de dos buenas ocasiones de gol, una en los pies de Perelló y otra en la cabeza de Gonzalo. Los de Puma, que probó con un 4-2-3-1 en el primer tiempo y un 4-4-2 tras el descanso, replicaron en la recta final por mediación de Terán, que lo intentó por partida doble.

Dicen que a la tercera va la vencida y al extremo andaluz le funcionó el refranero. El hispalense elevó la pelota por encima del portero, que la tocó pero no lo suficiente, a los nueve minutos de la reanudación para desequilibrar la balanza. Tuvo que ser un exceleste el que pusiera a la UD contra las cuerdas. Cosas del fútbol.

Ortiz y Terán pudieron ampliar la renta de la misma forma que Cirio y Mateu, ambos de cabeza, tuvieron la igualada. Fue Quique Fajarnés el que sentenció el partido al presionar al meta cuando se disponía a pasar a un compañero la pelota, rebotándole ésta e introduciéndose directamente en la portería.

El CD Ibiza aún tuvo tiempo para ampliar el marcador. Tras un saque de puerta de Contreras, el balón lo acabó controlando Ortiz a unos 30 metros de la portería, desde donde enganchó una volea a la media vuelta con la zurda que se coló por la izquierda de un descolocado Román.