David atrapa un balón por alto durante el encuentro entre el CD Ibiza y Port de Sóller. | Pilar Pellicer

PORT DE SÓLLER: 2

CD IBIZA I.PITIUSAS: 3

El CD Ibiza regresó a la isla con un buen botín de Mallorca. El 2-3 ante el Port de Sóller es un gran resultado que allana la eliminatoria de cara a la vuelta que se jugará el próximo fin de semana en Can Misses.

El conjunto de Iván Córdoba sabía que no sería fácil. Aún más complicado se tornó todo cuando el vuelo se retrasó en más de dos horas, una circunstacia que también obligó a que el partido se jugara más tarde. Aunque llegaron con prisas al municipal, lo cierto es que los de Vila pudieron volver a las pitiusas con un marcador más abultado.

El equipo rojillo salió bien plantado al césped. Ordenado en defensa, con una presión alta y sin complicarse la vida. Con esa estrategia, en el minuto siete, llegaría el primer tanto del encuentro. Caio se aprovechó de un golpeo en largo para comerle la tostada al defensa central y llevarse el balón. Encaró al portero y, con todo para marcar, no desaprovechó el regalo.

Aún queda mucho para Navidad, pero antes del cuarto de hora el Port de Sóller ofreció otro tanto en bandeja. Un nuevo balón en largo deparó una situación inusual. Marcos se encontró solo en el centro del campo con el portero casi encima. Sin pensárselo golpeó desde unos 45 metros para marcar a portería vacía. El 0-2, con tan poco tiempo jugado, parecía sentenciar el partido. El CD Ibiza se encontraba cómodo en el campo, sin pasar apuros.

El primer susto llegó en el 27, pero David estuvo muy atento ante la internada de Riki. A partir de ese momento, todo cambió. El Port de Sóller se empezó a soltar con el balón y comenzó a crear ocasiones. En una de éstas, una buena jugada combinativa llegó a Riki que falló en el mano a mano. El rechace lo aprovechó Sebas que, tras un buen recorte, redujo la distancia.

En la segunda mitad, los mallorquines salieron mejor, pero en la primera estirada ibicenca, el árbitro se cobró un claro penalti. Ramiro lanzó. El portero tocó el balón lo justo para que se estrellara en el palo. El lance pudo sentenciarlo todo. No fue así.

El choque entró en una fase en la que la igualdad era la tónica dominante y cualquiera podía marcar. En el minuto 68, Winde, el mejor ayer de los pitiusos, se llevó el balón, aprovechándose de su cuerpo, y se lo regaló a Vélez para que pusiera el 1-3.

El propio Winde pudo matar la eliminatoria en el 74. Su cabezazo en el corazón del área se marchó alto. El fallo dio vida al Port de Sóller que, dos minutos después, se volvió a meter en la eliminatoria con el segundo tanto de Sebas.

En los últimos minutos se jugó poco. El duelo entró en una fase de parones con muchas faltas y poco a poco se fue muriendo. El 2-3 es bueno, pero no es ni mucho menos definitivo. Los de Iván Córdoba no se pueden relajar en el partido de vuelta en Can Misses si quieren soñar con el ascenso.