Un minuto. Eso fue lo que duró el derbi entre la Unión Deportiva Ibiza y el San Rafael, que encajó un contundente 5-0 en Vila. Todavía estaban los espectadores poblando la grada de Can Misses cuando Cirio se encargó de desnivelar la balanza. Encima, por si alguno tenía dudas, Gámiz puso tierra de por medio en el minuto ocho para desquicio de un San Rafi que no presentó la batalla esperada.
Es cierto que todos los pronósticos apuntaban a una victoria de los de Toni Amor, líderes de la categoría y profesionales en la materia, pero también lo es que los rafelers se habían ganado el apodo de matagigantes. Ayer, desde luego, no lo fue. De hecho, parecía una marioneta en manos de los vileros, muy superiores en todas las facetas del juego.
El primer problema con el que se topó el conjunto de Vicente Román no fue el gol, sino la baja de última hora de Víctor Galera en el centro del campo por enfermedad. Con este panorama, Iván y Zurdo, que, según el míster, eran duda para ayer, tuvieron que salir de inicio. El segundo golpe llegó en forma de gol. Terán asistió al pichici del Ibiza, que controló el esférico de cabeza, dribló al portero y marcó a placer.
El conjunto blue no había asimilado todavía el tanto cuando llegó el siguiente. Gámiz enganchó un balón aéreo en la frontal para batir con una volea rasa a Santi. Ocho minutos, dos goles y partido visto para sentencia.
La primera mitad fue un monólogo de la UD Ibiza ante un San Rafael que bastante tenía con defenderse como podía. Sólo había una escuadra sobre el terreno de juego, la azul, que dominaba el esférico y generaba peligro continuamente en ataque. Mateu y Terán, éste por partida doble, pudieron ampliar la ventaja, pero fallaron en la definición. Dicen que a la tercera va la vencida y el extremo andaluz se encargó de hacer bueno el dicho tras aprovechar un regalo del cancerbero. Santi le dio la pelota en su intento por asistir a Enric y marcó sin oposición. El guardameta y algunos de sus compañeros reclamaron una presunta mano de Terán en el control, pero las quejas no surtieron efecto y al marcador subió el 3-0 con el que se llegó al descanso.
El decorado no cambió lo más mínimo tras el asueto. El Ibiza insistió con su asedio sobre la meta de Santi ante un San Rafael inoperante e irreconocible que poco o nada se parecía al que se había impuesto al Mallorca B. Mateu, Álvaro, Abel y Terán, que chutó al palo, pudieron ampliar la ventaja en los primeros diez minutos, pero fue Cirio el que lo hizo al aprovechar una falta ejecutada con rapidez y que pilló desprevenida a la zaga visitante.
Todavía quedaban más de veinte minutos por delante, un auténtico infierno para los rafelers, más que nada porque el Ibiza se negaba a quitar el pie del acelerador. De hecho, un par de minutos más tarde se encargó de subir la ‘manita' al electrónico con un testarazo inapelable de Liñán. Fue la última diana de un partido que, a la hora de la verdad, duró un minuto.
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