Una acción del partido de ayer en el Campo Municipal de Sant Francesc. | S.D. Formentera

FORMENTERA:0

LLAGOSTERA: 2

El Formentera se mete en problemas. El equipo rojinegro perdió ayer (0-2) contra el Llagostera, rival directo en la pelea por la permanencia, y cayó así al pozo de a clasificación. Lo bueno es que no ha tocado fondo y se encuentra actualmente en el puesto de promoción. Mal menor.

Lo de ‘entrenador nuevo, victoria segura’ no se cumplió ayer en el Campo Municipal de Sant Francesc. El estreno de Juan Arsenal, sustituto de Tito García Sanjuán, se tradujo en derrota. Y ya van cuatro consecutivas desde que comenzó el año, una mala racha que ha dilapidado la ventaja que los formenterenses tenían con respecto a la zona de descenso.

El duelo fue un continuo vaivén entre dos equipos a los que les quemó la pelota en los pies más de lo previsto y cuya primera mitad convirtió a los porteros en meros espectadores. Con todo, el Formentera tuvo tres aproximaciones de peligro: un disparo de Gabri cruzado, otro de Bruno que salvó un defensa y un postrero cabezazo de Juan Antonio, con todo a favor, que no tomó ni dirección a portería.

La segunda parte comenzó con un jarro de agua fría sobre los pitiusos. Pablo cazó en la frontal un balón despejado, se internó en el área y disparó con la fortuna de que la pelota tocó en un defensor, cambió de trayectoria y se alojó en el fondo de la portería defendida por Marcos.

Juan Arsenal decidió entonces mover el banquillo para buscar la reacción. Primero, hizo debutar a Momprevil en lugar de Garmendia y, después, dio paulatinamente entrada a Puertas, por Gabri, y Agus, por Samuel. Entre medias, Bruno había dispuesto de una buena ocasión de gol, pero su disparo se marchó cruzado.

Cuando más volcado estaba el Formentera sobre la meta rival, el cuadro catalán, bien replegado atrás, se encargó de aprovechar un contraataque para sentenciar el partido. Pablo condujo el balón por la derecha, asistió a Chele y éste puso la pelota en el punto de penalti para que Toni Gabarré, que después desaprovechó otra clara ocasión, pusiera la puntilla.