El conjunto peñista pagó en demasía la expulsión de Marc de Val al filo del descanso. El pivote vio dos tarjetas amarillas en un periodo de dos minutos, ambas claras; la primera, por reincidencia sobre un mismo rival y, la segunda, al llegar tarde al balón y cometer una entrada peligrosa sobre un rival.
Hasta entonces no se había visto demasiado en el terreno de juego. Ni uno ni otro llegaron a gozar de ocasiones muy claras. La Peña tuvo un par de oportunidades destacables, una en una segunda jugada y otra, en un disparo cruzado de Guille Andrés que se marchó fuera.
Tras el descanso, sin ninguna sustitución por parte visitante, el Peralada se hizo con la pelota, como era de esperar dada la superioridad numérica de la que gozaba. Arnau Sala, técnico local, movió su banquillo en busca de aire fresco. Entró Clotet y se marchó Romero en el minuto 57.
Poco después se abrió el marcador. Maxi Villa fue el encargado de romper las tablas en el 64. El uruguayo sorprendió a Dennis, que pudo haber hecho más, con un disparo al primer palo en posición escorada.
El conjunto de Dani Mori veía cómo sus opciones ya no sólo de tumbar a un rival directo, sino de puntuar, se evaporaban. Y más que lo hicieron cuando Joel Arimany se encargó de poner tierra de por medio a falta de menos de poco más de diez minutos para la conclusión del encuentro. El jugador del Peralada batió a Dennis, de nuevo poco acertado, tras hacerse con el balón muerto que dejó el portero al saque de una falta directa ejecutada por Paik.
Los catalanes incluso estuvieron cerca de aumentar su renta en la recta final del partido. Un gol anulado, primero, y una larga jugada que acabó con un despeje de los santaeularienses a saque de esquina fueron las últimas acciones de peligro de los locales en un duelo que hunde más a una Peña Deportiva que sólo ha ganado un partido en diez jornadas, unos guarismos que complican la salvación.
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