El conjunto santaeulaliense lo tuvo más difícil de lo habitual, pero, al final, la historia acabó como casi siempre esta temporada, con una victoria a su favor. No es de extrañar que sufriera durante buena parte del choque el conjunto pitiuso. No en vano, tenía la importante ausencia de Ana Ferrer, así como de la guardameta María Tudela, que suele compaginar la portería con Ana Muñoz. En esta ocasión, el trabajo constante de Paula Ruiz, que ya tuvo que disputar el partido anterior al completo, fue recompensado por su míster con la titularidad en el día de ayer y disputó el primer periodo completo.
Las visitantes llevaron la batuta del partido en su comienzo, alcanzando pronto una renta de dos tantos (2-4, min. 6). A pesar de que el Puchi neutralizó la renta (4-4, min. 8), lo cierto es que el Elda llegó a alcanzar poco después una máxima ventaja de tres tantos (5-8, min. 14) que llegó a conservar hasta el minuto 19 (9-12).
Flor se echó entonces el equipo a la espalda. La menuda jugadora del Puchi se marcó una espectacular actuación en la recta final del primer tiempo para comandar la remontada y colocar a las suyas por delante.
Cuatro de los últimos seis tantos de las azulonas fueron de ella y supusieron el 15-13 en un electrónico que acabó indicando tablas (15-15) al descanso.
Tras el asueto, con la novedad de Ana Muñoz en la portería, el Elda golpeó primero y llegó a ponerse dos arriba a los cinco minutos (17-19). Fue entonces cuando el decorado cambió por completo. El equipo de Noel Cardona empezó a funcionar notablemente en defensa y remontó (20-19) con dos tantos consecutivos de Alicia Salinas, que precisamente también firmó un 22-21 tras el que el técnico visitante decidió pedir tiempo muerto. Le sirvió de poco, pues el Puchi se convirtió entonces en un ciclón imparable y, con un parcial 3-0, se escapó de cuatro (25-21, min. 47).
El Puchi metió una marcha más a su juego y fue abriendo brecha en el tanteador hasta acabar ganando por su máxima ventaja en todo el encuentro, siete goles (33-26). La euforia se desató sobre la pista, pues, tras un partido muy sufrido, el equipo ibicenco había conseguido su objetivo y dejó prácticamente sellado su pasaporte para la próxima fase de ascenso a División de Honor, en la que, salvo hecatombe –quedan ocho puntos y aventaja en siete a su rival–, participará por segunda vez en su historia.
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