El conjunto pitiuso salió algo impreciso a la pista y eso permitió que su rival dispusiera pronto de sus primeras ventajas. El 0-2 inicial creció hasta un inquietante 4-9. La máxima ventaja del Teruel fue de seis, cuando el marcador reflejaba un 10-16 que obligó a Marcelo de Stefano a pedir tiempo muerto.
El cuadro amarillo necesitaba soluciones inmediatas ya no solamente para tratar de reengancharse al set, sino para meter miedo a su rival y verse capaz de dominar el juego. Poco a poco, los insulares se fueron metiendo en el partido y consiguieron su cometido: asustar al Teruel. De un 15-20 se pasó a un 18-20 y el técnico naranja pidió tiempo muerto. El Ushuaïa llegó a colocarse a tiro de uno (21-22), pero, al final, los turolenses se apuntaron la primera manga por 23-25 tras desaprovechar dos bolas de set.
A pesar del revés, el equipo ibicenco salió fortalecido mentalmente de cara al segundo juego. Se sacudió el nerviosismo inicial y se dio cuenta de que tenía potencial más que de sobra para ganar a su adversario. Así, no es de extrañar que comenzara a mandar ya en el marcador en el segundo set. Un servicio erróneo de Lech le permitió gozar de su primera ventaja (1-0). La máxima renta de los ibicencos llegó a ser de dos puntos (5-3, 6-4, 7-5 y 9-7) en un set muy igualado, tanto que, a partir del 9-9, el intercambio de golpes fue continuo y plano. Primero puntuaba el Ushuaïa y, acto seguido, el Teruel. Así hasta que, con 15-15, la dinámica cambió y el conjunto naranja se puso por delante por primera vez (15-16) merced a un remate de Ereu. Altayó, con un saque directo a la red, permitió la igualada (16-16). Ahora, el Teruel era el que no se ponía por debajo en el electrónico y dos puntos de Bugallo con 18-18 le permitió poner algo de tierra de por medio (18-20), por lo que De Stefano paró el partido. Con 20-22 volvió a hacerlo, pero no surtió el efecto esperado. Un error en ataque de Raúl Muñoz supuso el 20-24, por lo que los turolenses disponían de tres bolas de set. Aprovecharon la segunda en un regalo de Valencia al servicio (21-25).
El golpe moral fue tremendo. El Ushuaïa Ibiza Voley se vio con un 0-2 en contra después de haber tuteado a su contrincante y eso le pasó factura en la tercera manga, que resultó ser la última. El 1-5 inicial ya hizo a De Stefano pedir tiempo muerto para tratar de frenar la sangría. Desafortunadamente no sirvió de mucho, pues los turolenses alcanzaron posteriormente una máxima renta de ocho puntos (7-15), precisamente la diferencia con la que acabó cerrando el set y el partido (17-25) con un saque final a la red de Raúl Muñoz.
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