UNICAJA: 3
Cero opciones. Eso es lo que tuvo el Ushuaïa Ibiza Voley en el partido de ayer contra el Unicaja Almería, líder de la Superliga masculina de voleibol. El equipo ibicenco cayó por 1-3 y sólo los errores rivales le permitieron meterse en el encuentro al hacer el 1-2.
El conjunto de Marcelo de Stefano afrontaba con ilusión y ganas el encuentro contra el principal aspirante al título, ése que se reparte todos los campeonatos nacionales con el Teruel en los últimos años. Con la celebración de la Copa del Rey en el horizonte, el cuadro amarillo afrontaba, de paso, el choque como un test serio de cara a un posible cruce en la competición copera. En caso de que sea así, más vale que el juego sea distinto, porque, ayer, el equipo de Piero Molducci le pasó por encima como si de una apisonadora se tratara.
En el primer set, los almerienses no tardaron en poner tierra de por medio. Con 4-8, Marcelo de Stefano tuvo que reunir a los suyos para buscar cambios y tratar de frenar a Szot, que estaba haciendo bastante daño. Las soluciones no llegaron y el cuadro visitante se escapó de siete puntos (7-14), renta que supo administrar para hacerse con la primera manga por 19-25.
En el segundo juego sucedió más de lo mismo. El decorado no cambió lo más mínimo. Ni el Ushuaïa metió una marcha más ni el Unicaja quitó el pie del acelerador. Eso se tradujo en un 3-8 de inicio que obligó a Marcelo de Stefano a pedir tiempo muerto. Y es que la sangría había llegado demasiado pronto. Con todo, el parón no evitó que los ahorradores alargaran aún más su ventaja hasta un casi inalcanzable 9-17. Esos ocho puntos de diferencia hicieron que los locales volvieran a parar el partido, en busca de un cambio más que necesario ya no sólo de cara al final de un set visto para sentencia, sino para el siguiente. Y es que remontar tantos puntos ante el primer clasificado era algo más que una utopía, por lo que, como era lógico, el juego se cerró con 19-25 en el tanteador.
El tercer juego siguió los mismos derroteros. El 1-4 inicial hacía presagiar que el partido se cerraría por la vía rápida.
Sin embargo, el Ushuaïa encontró algo de oxígeno gracias a los regalos de su rival, desacertado en el saque –marró siete– y el remate. El equipo ibicenco, que tuvo que recurrir a Fabián y Borges para mejorar, le dio la vuelta a la tortilla y aprovechó su segunda bola de set para ganar por 27-25 tras un error de Szot, a la postre máximo realizador del choque.
Esto espoleó a los locales, que salieron en tromba en la reanudación y se pusieron 7-2. Piero Molducci paró el partido al ver que los suyos estaban contra las cuerdas. La ventaja ibicenca llegó a ser de seis puntos (18-12). El exceso de confianza pasó entonces factura. Cuando muchos se frotaban las manos por estar a punto de llegarse al quinto y definitivo set, un parcial impensable de 0-8 (18-20) cambió el destino del set y el partido, que se cerró con un saque directo de Ferrera que supuso el 22-25 en esta cuarta manga.
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