Ana Ferrer, durante la gala de los Premis de l’Esport de Santa Eulària. Foto: AYUNTAMIENTO DE SANTA EULÀRIA

Ana Ferrer Prohías (Ibiza, 31-03-1990) fue elegida mejor deportista de Santa Eulària en la gala celebrada la semana pasada. La capitana del Handbol Club Puig d'en Valls ha vivido «un año de altibajos» emocionales, un 2016 en el que lideró la histórica clasificación para el play off de ascenso a la máxima categoría nacional y, desafortunadamente, perdió a su padre.

—Acaba de recibir el premio de mejor deportista de Santa Eulària. ¿Lo esperaba?
—La verdad es que no me lo esperaba para nada. Además, lo sabían todos: Noel, la familia, mi novio, que se presentó allí... No entendía nada. No esperaba ni siquiera ser la mejor de balonmano. La situación me pilló totalmente por sorpresa y me emocioné muchísimo, sobre todo en el momento en que me arrebataron a mi padre.

—¿Qué se siente al recibir un galardón de este tipo?
—Sobre todo, orgullo. Es un orgullo ser de esta isla, nuestro hogar. La gala fue muy emocionante por lo de mi padre y me pilló por sorpresa. La verdad es que me hizo ilusión y fue un detalle precioso. Estoy muy agradecida.

—2016 ha sido para usted un año de muchas y distintas emociones, ¿no?
—Sí, un año de altibajos. El final de año no ha sido tan bueno por las circunstancias, pero ahora sólo vamos hacia arriba y 2017 se presenta por todo lo alto.

—A nivel deportivo, supongo que se queda con la gesta del play off.
—Sí, aunque este comienzo de liga que nos hemos marcado no está nada mal. Estamos alucinando. A ver si conseguimos mantener el ritmo, pero el listón lo hemos puesto más alto de lo que esperábamos. Ha sido un año superlargo pero con el Puchi parece una tontería. Partido a partido vamos consiguiendo objetivos, sueños y es una alegría constante.

—¿Cuándo empezaron las jugadoras a creer realmente en la fase de ascenso?
—Yo creo que nos dimos cuenta de que podíamos meternos cuando ya estábamos clasificadas (risas). Somos así. Tenemos un partido difícil y hasta que no lo hemos ganado no somos conscientes de que podíamos ganarlo. Vamos sin miedo, porque no tenemos nada que perder, pero le echamos ganas e ilusión, y, al final, salen las cosas.

—Esta campaña parece que el Puchi va más en serio incluso.
—Hemos empezado mucho mejor que la temporada pasada, pero la anterior la acabamos de una manera espectacular, sin perder ni un solo partido en la segunda vuelta. Eso es muy difícil de repetir. Este año, la liga está más igualada y hay más equipos arriba. Si queremos estar entre los dos primeros, tenemos que hacerlo mejor. Estamos en el camino, pero aún queda muchísimo.

—Pero con los buenos fichajes que han traído de fuera, ustedes son mejores que antes.
—Nos están saliendo muy bien las cosas. ¿Más fuertes? Yo veo equipos muy fuertes. Hemos ganado partidos ante equipos muy fuertes y no sabes cómo les has ganado. Realmente, no nos sentimos superiores. En el partido, la motivación, la unión y la fuerza hacen que podamos pasar por encima de equipos a los que no esperas ganar.

—Tal y como está jugando el Puchi, la pelea parece estar en el título y no en el play off, ¿no?
—Si apuntas al segundo puesto, es más probable que llegues al tercero. Si apuntas al primero, puedes acabar segundo. Hay que apuntar bien alto para intentar terminar en esa zona que deseamos. Cuanto más arriba apuntemos, más posibilidades habrá, pero va a ser muy complicado terminar entre los dos primeros. Ganar la liga es una utopía a pesar de estar a un punto.

—Por último, ¿un deseo para 2017?
—Salud para todo el mundo, que es lo más importante. Al final te das cuenta de que es lo único que vale en esta vida. También deseo felicidad. Espero que podamos seguir por el mismo camino, disfrutando fuera y dentro de la pista, como siempre hacemos, y que no cambie, porque es una pasada.