—¿Es usted de los asiduos a Eivissa o es la primera vez que viene?
—He venido muchas veces de vacaciones en verano. También vine a jugar hace muchos años contra la Peña Deportiva y el Ibiza, en su momento en Segunda B. Además, tenía mucha relación con Navarro, que, desgraciadamente, murió hace unos años. Teníamos una relación profesional, porque él era nuestro ojeador del Villarreal aquí, y también era amigo mío personal. Todos los años vengo de vacaciones y, en esta ocasión, también hago este campus junto a Carlos Tomás.
—¿Cómo surgió la idea de hacer este campus y por qué eligió Eivissa como escenario?
—Llevo este campus en otras zonas, principalmente en Valencia. En este caso, en Ibiza, conozco a Carlos Tomás, que estuvo en el Villarreal conmigo varios años. Precisamente le fichamos a través de Navarro. Estuve con él cuando tenía 14 o 15 años hasta que llegó al Villarreal B, es decir, unos cinco años. Tengo una buena relación con él, comentamos el tema y hablamos con Rafa Campillo, directivo del Jesús y hubo una buena acogida. La instalación está bien, los chavales están con ganas de pasarlo bien y todos nos divertimos. Además, en Ibiza, aparte de pasarlo bien por la mañana aquí, luego dispones de una amplia oferta de playas y restaurantes, así que se pasa muy bien durante la semana.
—Hay muchos campus en la isla y en el resto de España. ¿Qué caracteriza al suyo?
—Yo trato de imponer mi método de entrenamiento. Se debe pasar bien y disfrutar, pero, aparte de ser un aspecto social de convivencia con otros niños, hay que evitar que los niños estén todo el verano en casa. Hay que tratar que estén activos. Yo le pongo mi sello personal al entrenamiento. Me gusta que se trabajen bien las habilidades técnicas, el pase, el regate, la conducción, el tiro a gol y que haya juego y partidos. Quiero que el niño, aparte de salir diciendo que se lo ha pasado bien, diga que ha jugado al fútbol y ha hecho las cosas bien. Eso es lo que trato de aportar personalmente.
—¿Echa de menos los banquillos?
—Sí. He estado un año entero parado después de haber estado en Egipto y Bélgica. Este año pasado ha sido de vacaciones y aprendizaje. Ahora, tenía la intención de entrenar, pero, al final, no ha surgido la oferta adecuada y vamos a esperar a los siguientes meses. Estoy con ganas de volver a entrenar.
—¿Qué tal su experiencia internacional en el Brujas y el Al-Ahly?
—Las dos han sido muy buenas experiencias a nivel personal y profesional. A nivel personal, he podido conocer otra cultura, otra forma de hacer las cosas y gente de diferentes maneras. Ha sido una experiencia muy bonita y he vivido bien. A nivel profesional, he podido conocer otras ligas, otro fútbol. Sobre todo, ha sido una experiencia muy positiva ganar la Supercopa de Egipto y la Copa Confederaciones de África.
—¿Guarda quizá mejor recuerdo de su etapa en el Villarreal?
—Es un fútbol diferente. En Europa, he tenido la suerte de jugar en los principales estadios y contra los principales equipos. Sin embargo, en África juegas una final continental en un campo de césped artificial a las tres de la tarde. Son experiencias diferentes, pero también en Egipto juegas una final con 60.000 personas y un ambiente insuperable. Al final, creo que tengo la suerte de haberlo vivido todo y me siento afortunado de haber podido vivir ambos escenarios. El africano, con un fútbol menos avanzado a nivel de infraestructuras y organización que el europeo, también tiene jugadores de muy buen nivel y fue una experiencia que me gustó mucho.
—¿Cuáles son sus metas?
—Ahora, quiero volver a entrenar en la elite. Me gustaría hacerlo en España, pero es verdad que tengo más opciones en otros países, principalmente árabes. Mi meta es tomar la opción adecuada. Las ofertas que he tenido no son las adecuadas y cuando surja la adecuada entrenaré e intentaré hacerlo bien. Al final, el objetivo de un entrenador es entrenar, estar en activo, en el mejor nivel posible y hacerlo siempre bien.
—Usted sonó como uno de los posibles relevos de Vicente del Bosque.
—En varios medios de comunicación vi varias listas y en algunas estaba yo. Es un honor, obviamente, para cualquier entrenador. Para todos los españoles, el equipo soñado es la selección española. Desde mi punto de vista, con toda humildad, creo que el seleccionador tiene que ser una persona con un currículum amplio y que haya ganado títulos internacionales. Es cierto que yo tengo un par, pero entiendo que para estar en ese banquillo hay que tener una trayectoria larga y con títulos. No es fácil encontrar el candidato adecuado, porque la selección española requiere un nivel muy alto. Yo entiendo que el siguiente paso de la selección es recuperar un grupo que sea tan brillante como el anterior. En España hay capacidad, por jugadores y entrenadores, para recuperarlo y entiendo que España volverá a ser el equipo que fue en estos últimos años.
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