Blake Aldridge, ayer en tierras sanantonienses, antes de ejecutar su clavado.

Saltar al mar desde 20 metros de altura desde una roca no es algo para lo que cualquiera esté capacitado. Blake Aldridge, sí. El nadador británico comenzó ayer su curso particular de tres días en Sant Antoni y quiso demostrar sus habilidades en un acantilado cercano al Hostal La Torre. Se puso al filo del abismo, se concentró y, mientras muchos tenían el corazón en un puño, se lanzó al vacío para sumergirse en el agua de manera espectacular. De esta manera, dio un paso más en su objetivo de promover el cliff diving, esta modalidad deportiva en la que puede presumir de formar parte del top 5 del circuito mundial Red Bull.

Este londinense de 33 años tomó parte en los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008 y lleva seis años compitiendo en la Serie Mundial de Clavados de Red Bull. El inglés se encuentra por primera vez en la isla. «Había escuchado cosas sobre su increíble naturaleza y tenía mucha curiosidad por venir, recorrerla y saltar desde los diferente sitios mágicos que tiene», dijo ayer. Su intención es «promocionar este deporte, su seguridad y aspecto más técnico, concienciar a todo el mundo y, en la medida de lo posible, poder pasar mis conocimientos a jóvenes y adultos atraídos por los saltos».

Aldridge salta al agua «desde los cinco años, en piscinas». «Desde que empezó cliff diving, esa pasión no deja de crecer, porque combina deporte, autocontrol y diversión», agregó. El nadador comentó que «es peligroso hacer algo que no sabes hacer o en un terreno que no conoces». «Si haces cliff diving es porque has entrenado mucho, has superado muchos escalones, tienes el cuerpo y la mente preparados y conoces las medidas de seguridad», continuó.

«Cuando haces cliff diving, eres muy consciente de que no es para todo el mundo. El sentido común no te anima a hacerlo, sino que te anima a acercarte al deporte, conocerlo mejor y visitar organizaciones como Ibiza Cliff Diving para que te enseñen y guíen», comentó.

El británico afirmó que «no hay mejor sitio que esta isla para promover y fomentar este deporte». «El tiempo que hace, la tranquilidad del mar y la cantidad enorme de sitios con las condiciones adecuadas para saltar convierten a Ibiza en el sitio ideal, el lugar perfecto», explicó un Blake Aldridge que incluso confesó su deseo: «Quiero venirme a vivir aquí. Me encanta».