El ibicenco Carlos Torres, que lideró la primera manga de la competición desde la primera vuelta, salta frente a un buen número de aficionados. | Daniel Espinosa
El ibicenco Carlos Torres se quedó a las puertas de ser el último piloto que inscribía su nombre en el circuito de Cala Bassa, que ayer se despedía de una afición pitiusa que acudió a la cita en masa. Un millar de personas, según la organización, disfrutaron del Motocross Cala Bassa, prueba puntuable para el Campeonato Balear en el que participaron unos 130 pilotos distribuidos en las distintas categorías. En la máxima (MX1), Biel Pons le arrebató la victoria en la segunda manga, cuando Torres había protagonizado una gran remontada pero que quedó cortada a dos vueltas del final a causa de un accidente que dio por zanjada la batalla en favor del mallorquín.
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