«Consiste en localizar una serie de elementos escondidos a lo largo de un recorrido con la única ayuda de un plano. Tendemos a pensar que la recta es el camino más corto entre dos puntos, pero con la orientación y la correcta interpretación de los mapas aprendes que a veces vale la pena dar un rodeo para ganar tiempo», detalla el propio Alba, un abogado madrileño de 28 años que ha practicado este deporte casi toda su vida.
Al trasladarse a Eivissa, hace un año y medio aproximadamente, el letrado trató de buscar personas que pudieran estar interesadas en una disciplina tan física como técnica y en la que no solo basta con ser rápido para ganar. Así, ha organizado distintos encuentros en los últimos meses, la mayoría de ellos de entrenamiento, a través de un grupo de Facebook que ya cuenta con unos 230 miembros.
La próxima cita está prevista para este mismo sábado, con un entrenamiento de orientación urbana nocturna que discurrirá, en principio, por el municipio de Eivissa.
No obstante, tampoco ha faltado la competición, como la que se celebró el pasado mes de diciembre con una carrera de orientación en es Rafal Trobat y que contó con 51 participantes.
«Empezamos siendo diez amigos y ahora ya somos bastante gente», explica Alba, quien considera que hay posibilidades de establecer competiciones regulares. «Los encuentros de entrenamiento los convoco a título particular y para algo más grande debería haber un club detrás que gestionara seguros y permisos», señala el abogado. En este sentido, Alba aprovecha la ocasión para hacer un llamamiento a los clubes de las Pitiüses que estuvieran interesados en albergar una sección de orientación.
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