MERCADAL: 3
El Formentera sigue sin saber lo que es puntuar esta temporada. Dos partidos, dos derrotas. El actual campeón de la categoría sucumbió ayer contra el Mercadal por 2-3 en un partido en el que llegó a ir perdiendo por 0-3.
El encuentro se puso en contra de los formenterenses en el minuto 27 por culpa de un penalti de Micaló, que además vio la tarjeta roja y dejó, por tanto, a los suyos en inferioridad numérica. Berto Vaquero no perdonó desde los once metros, pero el árbitro mandó repetir el lanzamiento dado que el jugador expulsado no había abandonado el terreno de juego. En la repetición, volvió a marcar. Esta vez sí subió al marcador.
El doble castigo sentó como un jarro de agua fría en el bando local, que todavía no había encajado el golpe y ya había recibido otro tanto. En el minuto 31, Franco encaró a Marcos y le superó en su disparo. El panorama era desolador.
Con todo, los pupilos de Luis Elcacho siguieron peleando y, fruto de ello, disfrutaron de una ocasión inmejorable para meterse de lleno en el partido. Terán forzó un penalti y la expulsión de Jeroni al borde del descanso. Las fuerzas se nivelaban sobre el campo, pero aún había que transformar la pena máxima para que el sueño de la remontada fuera posible. El propio Terán se encargó de colocar el balón en los once metros y lanzar, pero Jesús detuvo el disparo, raso y centrado.
Sin duda, no era el día de los formenterenses, lo cual quedó confirmado a poco de reanudarse el choque. Un error en la salida de Marcos lo aprovechó Franco para poner más tierra de por medio. El tanteador indicaba un sonrojante 0-3 y en la grada se veían menos espectadores que en la primera parte. Pudo haber crecido más el marcador cuando Franco volvió a encarar a Marcos libre de marca, pero su disparo se marchó por encima del travesaño.
Pocos confiaban en el milagro, pero lo cierto es que éste no estuvo lejos de producirse. Un centro de Pablo Marcos desde la izquierda lo remató Jordi Martí a la red en el minuto 70 para recortar distancias. Y cuando muchos se disponían a abandonar el campo llegó la emoción al Municipal de Sant Francesc. De nuevo Jordi Martí, el más listo de la clase, marcó al aprovechar un error defensivo de los menorquines para meter la cabeza y subir el 2-3 al electrónico.
El estadio se convirtió en una olla a presión que a punto estuvo de estallar en un disparo de Imanol dentro del área que fue a parar a las manos del portero. Ya no hubo tiempo para más. El Formentera se quedó a las puertas del milagro.
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