No comenzaron bien las cosas para los de Santa Eulària. Todavía no acababan de sentarse todos los espectadores cuando el conjunto mallorquín ya mandaba en el marcador. A los seis minutos de juego, Gaspar se encargó de romper el cerocerismo al aprovechar una segunda jugada tras un balón colgado al área. Los visitantes no habían estado atentos para evitar el centro al área y lo acabaron pagando muy caro.
Pese al tanto, la Peña Deportiva no perdió la compostura y buscó la manera de hacer daño a su rival. Tras varios intentos, Sergi Mut niveló la balanza en una buena jugada hilvanada por los peñistas mediado este primer periodo.
Tras el descanso, el decorado no cambió lo más mínimo. El conjunto de Dani Mori se había hecho dueño del esférico ante un Alaró que, atrincherado atrás, esperaba su ocasión a la contra. Nada más lejos de la realidad, pues en ningún momento dieron trabajo a Moro, un espectador más del partido.
Los visitantes se volcaron sobre la meta mallorquina en busca del segundo tanto, pero les faltó pegada. David Camps, en un par de acciones, y Winde tuvieron en sus botas la posibilidad de desnivelar la balanza, pero no hubo manera. También José Luis, Pando, Clyde y Moha probaron fortuna sin suerte. El cancerbero les ganó la batalla en todo momento cuando el balón no se marchaba fuera, haciendo imposible que los visitantes completaran la remontada.
Sin fuerzas
El esfuerzo realizado por los peñistas fue titánico y cerca estuvo de acabar pasándole factura. No en vano, el desgaste hizo que el equipo se partiera en dos en los últimos diez minutos y que el partido enloqueciera por completo. Afortunadamente, el Alaró no encontró la forma de hacer daño a la portería rival, equivocándose en la elaboración de las jugadas. De esta forma, ambos conjuntos se llevaron un punto con distinto sabor. Para los mallorquines supo a victoria; para los santaeulalienses, a derrota.
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