El presidente de la FFIB, Miquel Bestard, resaltó en su balance de la temporada 2014-15 el nuevo edificio en Son Malferit, que calificó como «la casa del fútbol balear». «Tenemos una nueva sede en propiedad y percibo este cambio como una familia que tiene la ilusión de mudarse a una casa nueva, moderna y sin hipotecas. Es un patrimonio que heredarán las nuevas generaciones y a través de la que hemos podido comprobar que la sociedad balear está con nosotros», dijo.
El dirigente, que acordó una medida de gracia para las sanciones inferiores a los cuatro encuentros, también valoró de forma positiva el desarrollo de la Fundació y no rehuyó entrar a valorar el único foco de conflicto del curso: la ley de emprendedores. Miquel Bestard expresó el esfuerzo de la FFIBpor colaborar con todos los clubes, a los que considera «la columna vertebral de nuestro deporte», para ayudar a ofrecer soluciones y alternativas.
Los clubes campeones recibieron sus respectivos trofeos en el tramo final de una reunión en la que el presidente del Llosetense, Pedro Ignasi, fue el más aplaudido por los presentes al recoger el trofeo de manos del vicepresidente del Govern, Biel Barceló.
La asamblea, que aprobó sus cuentas y un presupuesto de 2,1 millones de euros para el ejercicio 2015, contó con la participación del presidente del Consell de Mallorca, Francesc Miralles, y el director general de Esports del Govern, Carles Gonyalons, expresaron la predisposición institucional a colaborar con la FFIB. Este último adelantó que problemas burocráticos obligarán a los clubes a hacer frente al pago de los viajes interislas hasta que se regule de nuevo la situación para regresar al sistema utilizado la pasada temporada. En cualquier caso, Gonyalons garantizó la aportación económica para esta parcela.
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